El poder de un beso

Dos chicos besándose, de David Levithan.
Dos chicos besándose, de David Levithan.
Dos chicos besandose
Portada de «Dos chicos besandose», de David Levithan

El amor es amor. No importa que sea entre dos personas del mismo sexo o de distinto. Si los sentimientos no son diferentes, ¿por qué entonces lo es la percepción que se tiene de ellos? Esto es lo que trata David Levithan en Dos chicos besándose (editorial Nocturna, 2016) a través de los ojos de sus protagonistas. No se centra en una pareja, sino en varias, y no repite una y otra vez la misma situación, sino que alterna diferentes momentos que harán reflexionar al lector sobre hasta qué punto está llegando el ser humano al martirizar a personas que no comparten su heterosexualidad.

Levithan cuenta esta historia a través de las palabras de un narrador omnisciente que empatiza con los protagonistas y que va dando su opinión sobre lo que está pasando. Además, es un narrador que oculta un secreto. También cuenta su experiencia e intenta dar una lección de vida a todos aquellos que, precisamente, tratan la homosexualidad como algo extraño, lejano, inconcebible. A esos que aprietan los dientes de indignación cuando ven a dos chicos besándose y luego critican afirmando que es una situación deforme.

«La libertad no consiste sólo en votar, casarse y besarse en la calle, aunque sean cosas importantes. La libertad también tiene que ver con lo que te permites hacer».

El autor trata temas tan duros como el sida, el suicidio, el rechazo de la familia y el acoso escolar. Temas que lleva muy bien y que los dosifica en los diferentes personajes del libro mostrándonos situaciones e intentando hacer ver al lector cómo se siente el que está al otro lado. David Levithan también habla de la verdad, de lo difícil que es asumirla y lo más complicado aún que resulta comunicarla a los seres queridos. El miedo se apodera de uno mismo hasta que se libera:

«La primera frase de la verdad es siempre la más difícil. Todos teníamos una primera frase, y la mayoría encontramos la fuerza para decirla en voz alta a quien mereciera oírla. Lo que deseábamos -y luego descubrimos- es que la segunda frase de la verdad resulta más fácil que la primera. Y la tercera, más todavía».

Con un ritmo trepidante, en apenas 250 páginas el autor hace un manifiesto contra la homofobia y, sobre todo, demostrando con palabras a todo lector que no hay diferencias entre el amor de unos y otros. Una luz al final del túnel, un grito de esperanza. Un beso de Record Guiness (basado en la historia real de Matty Daley y Bobby Canciello) que grita a los cuatro vientos que un beso es un beso. Que el amor es amor. Da igual entre quién sea.

«Ese es el poder de un beso: no puede matarte, pero sí devolverte a la vida».

Inmaculada Rego

Mi vida puede resumirse en libros, cine, series y café. De los tres primeros intento escribir. El último me ayuda a ello.

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