Cunqueiro: sueños escritos para (sobre)vivir

Para Álvaro Cunqueiro que el hombre bebiera sueños era una necesidad tan básica como el agua. Y quizás eso es lo que son todos sus escritos: brebajes oníricos que alimentan el alma humana. Ahora, gracias a la Fundación Banco Santander, podemos disfrutar de otras de sus bebidas literarias en De santos y milagros, el nuevo volumen de Obra Fundamental que recoge siete cuentos inéditos de uno de los escritores más prolíficos de mediados del siglo XX. Además del septeto de narraciones descubiertas en 2011, el libro incluye 138 artículos periodísticos, cuyo vórtice temático es el mismo: lo hagiográfico, eso sí,  de lo menos canónico y fiel a lo esperado.

El propio prologuista de la obra, César Antonio Molina, escribe: «¿Hagiográficos sus textos? Desde luego la Iglesia católica no los pondría a enseñar en sus escuelas y seminarios. Cunqueiro utiliza a los santos para apoyarse en sus propias invenciones, sin apoyarse lo más mínimo en la historia oficial”.

Porque Cunqueiro también hacía milagros, pero con las palabras. Inventaba mundos irracionales y los confundía con la rutina, enredaba “lo extraordinario y lo cotidiano”, términos que el antólogo de los textos, Xosé Antonio López Silva, siempre liga al autor de Las crónicas del sochantre. Estos adjetivos han llevado a compararle con el realismo mágico hispanoamericano, en un debate en el que, tanto el antólogo como el prologuista de esta edición desechan la semejanza. “Cunqueiro tenía otras preocupaciones […] lo oculto, lo surreal, transformar la erudición en literatura, lo que en ningún caso era realismo mágico”, afirma Molina.

Con fantasía en cada una de sus letras y una fuerte carga intelectual, el gallego es capaz de unir en un mismo artículo a San Patricio y Jean-Paul Sartre. ¿Qué tienen en común? Sólo se puede descubrir adentrándose en los relatos de De santos y milagros. Porque, igual que el resto de historias cunqueirianas, la aventura de San Patricio y Sartre compone una creencia literaria en la que -haya mucho o poco de realidad- es imposible no tener fe. Y si no, lean lo que escribió el propio innovador hagiográfico: “Yo no creo en las razones de teólogos. San Roque y San Jorge nunca existieron, pero sin embargo la gente les ha pedido ayuda y ellos se la han dado”.