Ad Reinhardt, el arte y todo lo demás

Bajo el título de ‘El arte es el arte y todo lo demás es todo lo demás’ la Fundación Juan March expone 118 obras del artista neoyorkino Ad Reinhardt. La muestra se compone de dos secciones que giran en torno a la famosa cita del pintor, considerado como el precursor del minimalismo y del arte conceptual.

Estamos ante la primera exposición monográfica del artista en España y la segunda a nivel mundial tras la realizada en el MoMA de Nueva York en la década de 1980. En el año 2020 la Fundación Juan March comisarió una exposición titulada Los irascibles: por segunda vez, en la que se recupera la de Los irascibles. Pintores contra el museo. Nueva York, 1950, muestra que no se pudo llevar a cabo por ser cancelada la semana de la inauguración a causa de la pandemia de COVID. En ella se exponían obras del no-grupo de artistas conocidos como ‘Los irascibles‘. La importancia de estos artistas en la historia del arte reside en que, aunque no compartían ni un estilo ni un lenguaje común, sí les movía la idea de rebelarse contra las instituciones artísticas del Nueva York de mediados del siglo pasado. Es por ello que artistas con diferentes estilos contaban con un mismo interés y un mismo propósito: denunciar el conservadurismo de las instituciones artísticas del momento, entre donde no sólo se incluyen los museos, sino también las ferias, galerías y el mercado. Esto provoca que en abril de 1950 dieciocho artistas, entre los que se incluye a Ad Reinhardt, firmen una carta contra el jurado del Metropolitan Museum, quienes no querían apostar por el arte que se venía realizando, el arte abstracto.

Según el pintor Jordi Teixidor ‘la pintura de Reinhardt exige una atención pura, porque lo que no se ve es lo que hay que ver‘

Tras la exposición que la Juan March dedica al no-grupo de ‘Los irascibles‘, se ha decidido apostar por realizar una exposición monográfica retrospectiva de uno de sus integrantes, Ad Reinhardt. La muestra queda abierta al público hasta el 16 de enero del año 2022. La exposición, al igual que el catálogo, están divididos en dos salas que se organizan en torno a la cita del artista: ‘El arte es el arte y todo lo demás es todo lo demás‘. La primera sala, ‘El arte es el arte…’ recoge 47 pinturas, en su mayoría óleos sobre lienzos. Es destacable indicar que el equipo curatorial ha seguido la forma que Reinhardt tenía de exponer sus pinturas. Las obras están expuestas sin cartelas, debido a que él no hacía uso de ellas en sus exposiciones, y separadas del espectador por una tarima, lo cual responde a que Reinhardt no utilizaba el habitual cordón que separaba al espectador de la obra, sino que colocaba sus obras encima de una tarima. Las pinturas que forman parte de la muestra proceden de importantes colecciones privadas e instituciones como el MoMA, la Tate, el Guggenheim de Nueva York, el Whitney Museum of American Art o el Metropolitan Museum of Art de Nueva York.

Para el profesor de la Universidad de Nueva York, Pepe Karmel, los lienzos de Reinhardt ‘requieren una meditación prolongada y después eres recompensado por ello. No está muerto, no está inerte. Es sólo la absoluta mínima sensación de la vida‘.

Sus pinturas están expuestas en orden cronológico, de modo que vemos cómo poco a poco Reinhardt va depurando las formas y el cromatismo, de las manchas pasa a realizar obras compuestas por figuras geométricas. Pasa del cuadrado a formas más definidas y después comienza a trabajar con cuadrículas en cuadros monocromáticos. Reinhardt va evolucionando en su estilo hasta llegar a su pintura definitiva. Entre las obras expuestas destacamos los cuadros azules y rojos monocromáticos y sus pinturas negras mates cruciformes, a las cuales se dedica desde 1954. La intencionalidad del artista radica en que sus obras no puedan ser reproducidas ni fotografiadas, de modo que sólo se puedan contemplar de manera completa en persona. En este sentido, el artista Jordi Teixidor indica que: ‘la pintura de Reinhardt exige una atención pura, porque lo que no se ve es lo que hay que ver‘. En un primer momento la obra parece ser plana, pero cuando se observa detenidamente se aprecian las cuadrículas. Estas pinturas negras se ubican en una sala anexa a la principal, más íntima y que favorece la introspección, la contemplación y la meditación, cualidades básicas pada poder comprender estas pinturas. Para Pepe Karmel, profesor de historia del arte de la Universidad de Nueva York, las pinturas negras de Reinhardt ‘requieren una meditación prolongada y después eres recompensado por ello. No está muerto, no está inerte. Es sólo la absoluta mínima sensación de la vida‘.

La segunda sección responde a la idea de ‘… y todo lo demás es todo lo demás‘ en la que se exponen diferentes materiales del artista, como un extracto de una conferencia, ensayos, ilustraciones a modo de sátira, libros, revistas (especialmente Jester, revista de la Universidad de Columbia, donde era alumno), periódicos, panfletos, etc. En esta sección se nos acerca a su labor como docente, ilustrador y ensayista. Esta sala se acompaña de una guía cronológica con los principales hitos de su carrera. La razón por la cual Reinhardt se dedicó a la enseñanza durante toda su vida radica en que quería ganarse la vida de un modo que no requiriese de la venta de sus obras. Durante sus clases de historia del arte en la universidad su antiguo alumno y artista, Leonard Silverberg, indica que durante toda una sesión de clase proyectó fotografías de obras de arte al revés para, de este modo transmitir a sus alumnos la importancia de la forma, no del contenido. Esta exposición se trata de una cita ineludible para entender al pintor más desconocido de la escuela de Nueva York y su faceta como ilustrador, profesor y artista comprometido.