Más allá de 2001: Una brecha entre la ciencia y el arte

Keir Dullea en ''2001: Una odisea en el espacio''
Keir Dullea en ''2001: Una odisea en el espacio
Keir Dullea en »2001: Una odisea en el espacio»

¿De dónde venimos? ¿Dónde estamos? ¿Hacia dónde vamos? Estas son algunas de las preguntas que Stanley Kubrick se planteó en los años 60 cuando hizo la película 2001: Una odisea en el espacioCon una brillante narrativa, una secuencia de imágenes más experiencial que intelectual y llena de una fuerte carga poética, logró convertir a HAL 9000 en »una especie de agenda de los temas que, a partir de ese momento, iban a investigarse en lo relativo a la Inteligencia Artificial», según nos cuenta el profesor de investigación del CSIC, Ramón López de Mántaras, durante la rueda de prensa.

Cincuenta años después de su estreno, Espacio Fundación Telefónica nos ofrece una impresionante exposición temporal de la mano de la comisaria Claudia Gianetti, en la que consigue acercar al público a un recorrido que va desde el origen de la inteligencia humana hasta la reflexión que el futuro nos plantea en cuanto a la Inteligencia Artificial y, como dice Gianetti »¿qué pasará con la relación humano-máquina?». Ante esto, la especialista en media art prosigue: »Cuando Descartes se plantea ‘pienso, luego existo’ estaba preguntándose por la esencia de nuestra inteligencia y en la actualidad que, efectivamente, estamos viviendo un momento muy revolucionario, esto ha cambiado, en el sentido de que ya no nos toca preguntarnos sólo por nuestra inteligencia, si no también por cómo será nuestra relación con otro tipo de inteligencia».

Claudia Gianetti, de una forma elegante, nos conduce a lo largo de un recorrido que nos lleva a formularnos diez preguntas que van desde nuestros orígenes hasta los más grandes y peligrosos inventos, como la bomba atómica, que de una manera sobrecogedora inhibe nuestra respiración; pasando por todo lo que ya forma parte de nuestra vida diaria y cuestionándonos con fascinación: ¿qué será lo siguiente?, ¿hacia dónde iremos ahora? Todo esto dentro de una atmósfera envolvente que deja palpable en cada esquina esa casi mágica relación entre la ciencia y el arte que, con toda su elocuencia, es capaz de mostrarnos.

»The Mutual Waves Machine» de Suzzane Dikker y Mathias Ostrik

La exposición nos presenta, pues, una amplia selección de obras que establecen claras analogías con la película y profundizan en los lazos que los seres humanos vamos formando con las máquinas. Así pues, pueden verse hasta siete documentos de Kubrick, entre ellos el guion original de 2001. También nos encontramos  con piezas como El Ajedrecista (1912) de Torres Quevedo, los dibujos de neuronas De Santiago Ramón y Cajal (1900 – 1914) y algunas de las obras audiovisuales del artista Daito Menabe.

A su vez, podemos adentrarnos en el universo de la muestra mediante dos imponentes instalaciones interactivas: El brazo robótico Human Study, del artista Patrick Tresset, que realiza retratos en tiempo real a partir de Inteligencia Artificial; y The Mutual Waves Machine, de Suzzane Dikker y Mathias Oostrick, que mide la empatía que existe entre dos personas a través de las ondas cerebrales.

Con la gracilidad del arte, nos evoca una serie de reflexiones sobre uno de los temas más controvertidos, preocupantes y también admirados de la actualidad, y que coinciden de manera exponencial con las palabras de Claudia Gianetti: »No hay que tener miedo a la Inteligencia Artificial. Hay que tener miedo a la inteligencia humana y al uso que hacemos con la Inteligencia Artificial».

Una muestra brillante, cargada de sensaciones que, desde el primer minuto se niega a dejarnos indiferentes y que podrá disfrutarse en todo su esplendor hasta el 17 de febrero de 2019.

Judith Rosaura

Graduada en Bellas Artes por la Universidad de Vigo, titulada en fotografía y diseño gráfico de moda por la Escuela Superior de Diseño Textil y Moda de Galicia (ESDEMGA) y estudiante de Máster en Periodismo Cultural en Madrid.

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