COPIA CERTIFICADA

COPIA CERTIFICADAContaba William que durante una de sus estancias en Florencia, todos los días desde la ventana del hotel veía a una madre y a su hijo, de unos ocho años, caminando por la calle separados por unos cuantos metros. La madre siempre iba delante y el niño detrás, de forma que nunca caminaban a la misma altura. A cada momento ella volvía su cabeza para comprobar que el chico la seguía, pero una vez lo había hecho, reanudaba el paso manteniendo la distancia de nuevo…

A los ojos de Juliette asomaba una lágrima. El café se les estaba quedando frío pero no importaba. Ella quería saber cómo terminaba la historia, y él no osó en darle gusto…

Uno de esos días la madre y el hijo continuaron su peculiar paseo hasta llegar a la Piazza della Signoría, detenerse a los pies de la estatua del David de Miguel Ángel y comenzar a adorarla como si estuvieran ante el mismo original. No lo estaban. Estaban sólo ante una copia, pero la madre le hablaba al niño de ella con la misma fascinación que si se hallaran ante el auténtico.

La lágrima de Juliette ya había caído al mantel y a la misma le siguieron otras tantas. ¿Era ella esa madre? ¿Era ese su propio hijo? ¿O simplemente reconocía en ellos algo familiar?

Da igual que la estatua fuese una simple copia. Da igual que esa madre y ese hijo fueran ella misma y el suyo propio o simplemente un espejo en el que se reflejaban. La fascinación ante la estatua era la misma y la conmoción al escuchar el relato de Williams, fueran quienes fueran los verdaderos protagonistas, era también la misma. Son los sentimientos.., las emociones…, los que verdaderamente importan, y no tanto la autenticidad o no de aquello que los suscita.               

 DAVID DE MIGUEL ÁNGELD“La copia tiene valor por sí misma en tanto que nos conduce al original certificando así su valor, pero también en tanto que nos invita al autoanálisis en un mejor entendimiento del yo”, decía William en la presentación de su libro. Y tanto es así. Nada más salir de la sala William deja de lado su vida real para sumergirse en la más absurda e intensa de las falsificaciones; aquella en la que, llevado de Juliette, juega a ser quien no es y a vivir un romance que no existe desde que antojan que existe. Quizá para él ni siquiera llega a existir en algún momento, pero su teoría sobre el valor de la copia ha terminado por arrastrarle a una historia real tocada por la misma.

“La Monalisa es una reproducción de la Gioconda”, “el original es el modelo”, decía. Pero ¿qué de original y qué de copia tiene la relación entre Juliette y él?, ¿habita el original de ese romance en el subconsciente de Juliette?

Juliette ha citado a William en su galería pero a él parece no haberle gustado la idea. Arrancan el coche e inician un absurdo paseo por las calles del Arezzo. Hablan de las cocacolas de Andy Warhol, del carácter artístico de los cipreses y de cuantas cosas se les vienen a la mente para matar los silencios incómodos y camuflar la estupidez del viaje. No se ponen de acuerdo en nada. La tensión aumenta a la par que la sumersión de Juliette en un matrimonio que realmente no existe. ¿O sí? Bajan del coche, pasean por las calles, discuten. Ella le reclama a él la atención de antaño. Y él.., él habla poco, pero cae en el juego y termina haciendo de marido incomprensivo. Tras salir del restaurante y discutir intensamente, ella se adelanta y, quitándose el sostén y los zapatos, le invita a entrar en una pensión. Ya no puede más. Está desquiciada, le desea, le desconcierta. Parece poseída. Pero.., ni un beso, ni una caricia, ni un abrazo… Es su última oportunidad. Las nueve llegan en seguida y le invita a quedarse, pero él se da media vuelta e, impasible, se va. No puede ser el marido que ella necesita.

WILLIAM Y JULIETTELa ventana sigue abierta y se oyen los tañidos de las campanas. El silencio entre cada uno de ellos pinta el vacío que deja la marcha de unas ilusiones tan fuertes como ficticias; tan fuertes como que nunca necesitaron alimentarse más que de la imaginación que las vio nacer.

¿Qué es lo original? ¿Qué es lo auténtico? ¿Qué es lo ficticio? ¿Es original lo que consideramos como tal? ¿No lo es una copia? En el arte existen tales categorizaciones. William y Juliette están de acuerdo. Pero el mundo de los sentimientos no entiende de originales ni de copias, pues las ilusiones tienden con frecuencia a alimentarse de los frutos de la imaginación, que puede llegar a ser tan real como aquello que no deja lugar a la misma. Tan real como que se puede llegar a sentir, a sufrir, a amar, a creer en algo que nunca ha existido tan intensamente como si lo hubiera hecho; tan intensamente que no queda lugar para pensar en si se está ante la realidad o ante la ficción. Es más, no importa. No importaba que esa madre y ese hijo estuviesen ante una copia del David, y tampoco importa que William y Juliette estén viviendo una relación rallante con la más pura imaginación. Los sentimientos son los mismos. No entienden más que de emociones, ilusiones y alteraciones del ánimo y siempre, siempre son reales. Quizá lo más real que haya existido nunca, procedan de donde procedan.

No hay música, sólo la que emite el organillo de la plaza. Tampoco apenas personajes. No hay escenarios elaborados. La extraña relación transcurre en las calles del Arezzo y sólo algunos toques de humor ponen una nota de color a la historia. Nada más, pues nada ha de empañar los sentimientos, que CUADRADO NEGRO SOBRE BLANCO (MALEVICH)son los verdaderos protagonistas de la misma. La copia tiene valor por sí misma. Certifica el valor del original, pero es capaz de suscitarnos las mismas emociones. ¿Tan poderoso es el mundo de la imaginación? ¿Tan intenso es el mundo de los sentimientos?          

Cuadrado negro sobre blanco (Malevich) = el sentimiento como tema. La emoción pura. La emoción suprema despojada de todo referente. Eso es lo único que le importa transmitir a Abbas Kiarostami. Ese es el verdadero mensaje de su historia, aunque para contarla haya tenido que rodar fuera de su Irán natal.

Los sentimientos no tienen fronteras.

 

Título: Copia Certificada.
Título original: Copie Conforme.
Año de producción: 2010.
País: Francia.
Duración: 106 min.
Género: Drama.
Director: Abbas Kiarostami.
Reparto: Juliette Binoche, William Shimmell, Jean-Claude Carriére, Agathe Natanson, Gianna Giachetti, Adrian Moore, Angelo Barbagallo, Andrea Laurenzi, Filippo Trojano.
Premios: 2010. Cannes. Mejor actriz (Juliette Binoche);  2010. Seminci. Espiga de Oro.


 


Deja una respuesta

Your email address will not be published.