OSCAR WILDE Y EL CLUB DE LA MUERTE

Oscar Wilde y el Club de la Muerte

Oscar Wilde atOscar Wilde y el Club de la Muerteesora multitud de frases lapidarias, atemporales e inolvidables. “La gente es tan solo encantadora…o aburrida” es una de las que mejor definen la actitud ante de la vida del polémico autor de El Retrato de Dorian Gray. Si extrapolamos la clasificación de Wilde a las obras literarias, Oscar Wilde y el Club de la Muerte es una novela absolutamente encantadora. Gyles Brandet vuelve a la carga con sus novelas Sherlock-Holmescas protagonizadas por Oscar Wilde y su camarilla de amigos y admiradores, entre los que se encuentran personajes tan célebres como Sir Arthur Conan Doyle o el poeta Robert Sheppard.

 

En el Londres victoriano de Wilde todo es posible en aras de la diversión y el esparcimiento: tertulias y cigarrillos en elegantes salones, trucos de magia y subastas benéficas, circo, teatro y combates de boxeo, coches de caballos en Trafalgar Square y lances amorosos. Pero todos los placeres tienen un precio y el dramaturgo comprobará que a veces resulta demasiado alto.

El Club Sócrates se encuentra reunido entregándose a los placeres del vino, el humo y la conversación. Oscar Wilde preside la mesa y propone un juego: cada uno de los presentes debe escribir en una tarjeta el nombre de aquella persona que desearía ver muerta. La previsibilidad de que esta treta desencadene en el asesinato de las víctimas señaladas no menoscaba la originalidad de una novela que brilla por sus diálogos refinados y por un Oscar Wilde jugando a los detectives.

Personajes extravagantes, a veces sórdidos, en ocasiones entrañables pero siempre divertidos, conversan frívolamente, ironizan, siguen pistas imposibles y frecuentan los más altos y los más bajos fondos londinenses. Buscan lo sublíme en los antros más lúgubres, viven y mueren distinguidamente. Y como paradigma de todo ello, el propio Oscar Wilde: siempre caprichoso e imprevisible, pero igualmente infatigable en su afán por descubrir quién está detrás de los crímenes perpetrados.

En definitiva, una novela salpicada de humor, costumbrismo y misterio que hará las delicias de quienes se acerquen a ella buscando pasar un buen rato y asomarse a las excentricidades del estrambótico y chic Oscar Wilde.

 

 

 

 

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