Lo de Rihanna es uno de los grandes misterios del pop actual. No compone sus canciones, ni las produce. Posiblemente,ni elija su propio repertorio porque detrás de ella tenga a un gran equipo que se encargue de tomar las decisiones por ella. Sin embargo, es una cantante increíblemente carismática que consigue dotar de una fuerza arrolladora todos sus temas, por mucho que no hayan sido escritos por ella. A todo esto hay que unirle una imagen potente y una fuerte personalidad. Todo este conjunto de virtudes ha hecho de Rihanna una de las artistas más respetadas y exitosas del pop comercial en la actualidad.
Pese a todo, ella siempre ha sido más una artista de singles que de discos completos. Ni Good Girl Gone Bad ni Rated R eran grandes álbumes, pese a contener cada uno de ellos un considerable número de canciones destacadas. Quizás sea este Loud su mejor trabajo hasta la fecha. No es el gran disco dance que podía haber sido, pese a haber sido presentado por el excelente single ‘Only girl (in the world)’, un tema eufórico, bailable y machacón producido por Stargate, muy en la línea de David Guetta, que está arrasando en radios y discotecas de todo el mundo.
Abre el álbum ‘S&M’, posiblemente la mejor canción del disco, un trallazo discotequero con un ritmo irresistible que atrapa desde la primera escucha. Enseguida, el álbum deriva un poco a lo de siempre, a los clásicos temas de r&b que tan buenos resultados han dado siempre a Rihanna, como ‘What’s my name’, su actual single; o a canciones de influencias reggae como la sorprendente ‘Man Down’ que, desde hace algunos días, me tiene completamente fascinado. Los temas bailables apenas vuelven a hacer acto de presencia. Están ‘Raining Men’ o ‘Complicated’, dos canciones juguetonas y divertidas, pero que a las que quizás se les podría haber sacado más partido.
Otras de las pistas destacadas son la sorprendente balada rock ‘California king bed’, en la que la voz de Rihanna se luce especialmente, o la segunda parte del dueto con Eminem ‘Love the way you lie’, que gana puntos gracias al mayor protagonismo vocal de la cantante de Barbados, y que cierra el álbum dejándonos con ganas de más. Lástima que la presencia de baladas terriblemente largas y aburridas, como ‘Skin’ o ‘Fading’, empañen el resultado final. Rihanna no ha logrado que Loud sea su disco definitivo, pero está muy cerca de conseguirlo.
