En el mundo de las modelos triunfa la más bella y la más joven, pero ¿y si lo más bello es lo más horripilante? The Neon Demon es la nueva premisa del director Nicolas Winding Refn (Drive, Sólo Dios perdona), protagonizada por Elle Faning, Jena Malone, Keanu Reeves, Bella Heathcote y Abbey Lee Kershaw y que se estrena el 25 de noviembre en España.
La historia narra la llegada de Jessie, una chica que busca su sueño de ser supermodelo, a la ciudad de Los Ángeles. Sin embargo a medida que pasa la trama se van viendo los celos de este mundo y la maldad a la que puede llegar el ser humano. La película posee una belleza visual que combina los colores y texturas para dar más realismo a la historia que el director nos está contando.
Como su mismo nombre, los colores neones son muy concurridos en la trama, así como el cambio de vestuarios en la protagonista, quien a su vez va cambiando en su interior a medida que se va adentrando en el mundo de las supermodelos. La película quiere hacer una crítica al mundo actual sobre la superficialidad y la arrogancia que maneja no solo el ámbito de las supermodelos sino en general el mundo.
Sin embargo, hay muchas partes de la película que no tienen sentido y que se dejan llevar más por su belleza audiovisual que por su contenido. Tal vez, el director quería llegar hasta ese punto de «la belleza es lo único» dejando de lado el interior, como se dice de las modelos: bellas por fuera, vacías por dentro. Las actuaciones son buenas en general, los personajes son odiosos y malos como debían ser y Faning logra la transformación de la inocencia a lo monstruoso.
Si la película hubiera sido enfocada de otra manera, hubiera sido una gran película, ya que Winding se pasó de pretencioso queriendo ser un David Lynch, pero que no lo logra ni por asomo. Se puede destacar también la música que absorbe al espectador y está compuesta por varios artistas, entre ellos Sia.
En definitiva, The Neon Demon es una cinta visual y auditiva exquisita por donde se mire, entre escenarios, vestuario, colores etc. Le falta contenido a la historia, pero puede que a cada uno le llegue una forma de interpretación distinta y se pueda maravillar por lo bello o retorcido que es el mundo de la moda.
