“Tienen memoria, tienen amigos, tienen heridas, medallas, laureles de gloria, corona de espinas, tienen la duda y la fe, un alma en oferta que nunca vendieron”. El Tuli sale de la cárcel tras tres años preso, con intención de vengar la muerte de su amigo Samuel. Esta es la historia de Más de 100 Mentiras una trama de prostitutas, excarcelarios y canallas con muerto incluido.
“Más que mis canciones he visto aquí reflejadas muchas de mis fantasías”; con esta frase define Don Joaquín Sabina el musical Más de 100 Mentiras, basado en las historias de sus canciones. Una tasca de mala muerte, siete u ocho prostitutas con sus respectivos chulos, un excarcelario y mucho canalla; esta es la puesta en escena, inspiradora cuánto menos, del musical que quiere homenajear al maestro de las noches perdidas.
Con mucho talento vocal encima del escenario, y varios toques de humor, los protagonistas, con especial mención a Jaime Zatarain y Adrián Lastra (Juan y Tuli respectivamente), nos sumergen en las sórdidas noches del Madrid de los años 80’. Allí donde los gatos sin dueño, perdidos en pañuelos de amargura y las damas de poncho rojo, buscan su mes de abril en el boulevard de los sueños rotos.
