La evocadora melodía del jazz original depositado en las manos de músicos actuales es el protagonista de la nueva colaboración de dos viejos colegas, el director de cine Fernando Trueba y el diseñador gráfico Javier Mariscal. El resto, el amor, la pasión y la relación entre Chico, un joven pianista, y Rita, una promesa de la canción, es la excusa perfecta para construir una historia de encuentros y desencuentros contados al son del ritmo cubano.
Nueva York y la Cuba de los años 40 sirven de escenario para homenajear a la música que se escucha en sus calles y avenidas. La música que Bebo Valdés lleva años representando como el mayor abanderado de su esencia. Un guión escrito para sus notas, su arte y su capacidad de aportar un sello de identidad inconfundible a una historia que transcurre bajo el encanto y la embriagadora seducción de sus canciones. Unas canciones y un talento que deben mucho a Trueba, que dio a conocer a las masas su trabajo con el documental Calle 54 y que posteriormente produjo sus Lágrimas negras con el que, junto a Diego ‘el Cigala’, consiguió un premio Grammy. 
Pero disfrutar del compositor, arreglista y director de orquesta cubano tan sólo es una parte de lo que encontraremos en Chico y Rita. El duende y el arte de la cantaora flamenca Estrella Morente interpretando el tema ‘Lily’ o la aportación melómana de los consagrados Freddy Cole o Jimmy Heath son otros de los alicientes para escuchar esta banda sonora de una película que viene avalada por el recién ganado Goya a la mejor película de animación. No se premió, sin embargo, su esencia, lo que en otros largometrajes es accesorio y aquí se convierte en fundamental, en el verdadero hilo conductor de una historia de amor en la que lo que realmente enamora es la música con la que se cuenta.
La banda sonora puede adquirirse ya con dos formaoos: el común o una edición para coleccionistas que incluye un libro con ilustraciones de Mariscal y un DVD con el making of de la película y el disco.
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