Dicen que Javier Ibarra, más conocido como KaseO, empezó en el cuarto de baño, donde grababa las maquetas de rap que luego él mismo distribuía. Ahora, tras haber alcanzado la gloria desde Violadores del Verso y Doble V, los culpables de que muchos nos acercáramos al hiphop en nuestro idioma, regresa a escena. Y lo hace cambiando su lema, rap solo, por jazz solo, con un trabajo que es como volver a encerrarse en el lavabo veinte años después para descubrir que lo que ve en el espejo le gusta mucho.
En 2009 Ibarra conoció al saxofonista Hugo Astudillo, al bajista Juan Pablo Balcázar, al guitarrista Dani Comas y al batería Dani Domínguez, junto a los que emprendió el proyecto Jazz Magnetism. Al principio se gestó como pura improvisación, algo que sólo se materializaba en algunos de sus conciertos pero, afortunadamente, ha terminado por traducirse en un álbum que guarda, entre la dulzura del saxo y las baterías arrastradas y la sinceridad brutal de las grandes letras de KaseO, tesoros como las versiones de ‘Como el sol’ y ‘Quieres’.
La primera casi casi se acerca al funky con esas palmas y coros en los que el rapero casi casi canta, y la segunda desnuda los versos -magistrales- de Violadores del Verso y los viste de jazz íntimo y pausado.
Una obra que combina la madurez con la experimentación, y con una valiente vuelta a los orígenes, en la que Ibarra ha renunciado a publicar con su sello habitual y ha preferido distribuir su trabajo de manera independiente a través de la web www.comun20.com y de su tienda en Zaragoza, aunque también puede escucharse en Spotify.
Merece la pena encerrarse en el cuarto de baño a disfrutar del ensamblaje del acid jazz con las aliteraciones de Ibarra, que a sus taytantos nos recuerda en cada latido, en cada palabra que estamos en buenas manos.
