“Ya están activados sexualmente, pueden pasar”. Así reciben dos atractivas alienígenas a los espectadores que acuden al Teatro Arenal. Algunas caras son de desconcierto, otras divertidas y otras de desconfianza; pero todas pasan a una pequeña sala que propicia una interacción con el público que estará presente en la totalidad de la obra. Good sex, good day es el título de la comedia escrita y dirigida por Yolanda García Serrano. Una pieza que ofrece amistad, sexo y relaciones como principales ingredientes.
A veces, hasta que no los vemos desde fuera, no descubrimos lo absurdo de nuestros comportamientos. En el escenario tres amigas se telefonean a altas horas de la madrugada para hablar de sus relaciones sexuales; entre bambalinas tres extraterrestres las observan perplejas; y en las butacas el público se ve identificado en más de una ocasión con las peripecias de las protagonistas.
En clave de humor, con un toque feminista y casi de forma didáctica se ridiculizan esos comportamientos por los que toda mujer ha pasado alguna vez a lo largo de sus relaciones de pareja. Una sencilla pero atractiva escenografía, que presta especial cuidado al color como elemento simbólico, acompaña las risas y los codazos del público (sobre todo) femenino.
No se nos presentan personajes profundos y tampoco una gran trama (de hecho hay momentos en los que la representación se hace larga y algo parca en contenido); pero el espectáculo no lo necesita para cumplir su objetivo: entretener al espectador. Lo hace a través de pequeños detalles: la dramatización de los tipos de orgasmo, lo antierótico de dejarse los calcetines puestos durante el acto, o esa llamada de emergencia a una amiga para idealizar una cita que ha resultado un desastre.
Al final, un bonito pero idílico mensaje: “los novios van y vienen, pero una amiga es para siempre”. Sea para siempre o no, lo mejor es ir a ver la función con una: las conversaciones estimulantes a la salida están aseguradas. Hablo por experiencia.
