Entre esperados estrenos como agoras y milleniums siempre hay otras importantes cintas que pasan desapercibidas por el público, aunque se trate de lo último de polifacéticos directores como Steven Soderbergh, que lo mismo te cose un Traffic, Ocean’s Eleven (y secuelas) o un Che, que un Erin Brockovich, Out of Sigh o un The Limey. Entre estas primeras grandes producciones y segundas comedias más independientes, también ha dirigido películas más difíciles de clasificar como una visión de la vida del autor de La Metarmofosis de Kafka o la futurista Solaris, sin olvidar su debut con Sexo mentiras y cintas de vídeo, película de un gran éxito comercial a nivel mundial y que contribuyó enormemente a la revolución de cine independiente de los años 90. Si ya por entonces el crítico de cine, Roger Ebert, consideró a Soderbergh «el chico póster de la generación Sundance” ahora se le ve como un director con importantes amigos de la gran pantalla de la calaña de Benicio del Toro, Matt Damon, Julia Roberts o George Clonney con quien el director forma una asociación lucrativa artística.
Para esta ocasión ha optado por otra comedia con Matt Damon como protagonista, interpretando a Mark Whitacre, importante ejecutivo del gigante de la industria agrícola Archer Daniels Midland (ADM), que se verá presionado por el FBI para denunciar prácticas corruptas en su empresa. Para ello deberá expiar y conseguir pruebas, lo que le hace sentirse como una especie de agente secreto entre cámaras y micrófonos ocultos. El problema llega desafortunadamente para el FBI, cuando este testigo principal no resulta tan comunicativo como ellos esperaban con los detalles financieros de la empresa. Los datos e historias siempre cambiantes de Whitacre frustran a los agentes (Scott Bakula y Joel McHale) lo que pone en riesgo el caso contra ADM, ya que para ellos y para el publico resulta cada vez mas difícil diferenciar lo que es verdad y lo que es fruto de la imaginación de Whitacre. Con un argumento propio de Woddy Allen, la vuelta a otra mentira del protagonista provoca cada vez una risa mayor, y es que el estilo de trabajo de Steven Soderbergh sin intrusismos en el plato “cuando están en el plató los dejó a solas. No me meto en su camino” saca lo mejor de sus actores, en este caso de un gordo y cómico Matt Demon.
Año: 2009
Duración: 108 minutos
País: EEUU
Género: Drama/thriller
Director: Steven Soderbergh
Intérpretes: Matt Damon, Melanie Lynskey, Patton Oswalt, Clancy Brown
