Todos los días, desde su estreno el pasado 19 de noviembre, ha colgado el cartel de “AGOTADAS LAS LOCALIDADES”, y eso que se representa en el teatro con mayor aforo de Madrid. Nos referimos al musical Los Miserables, que, como ha explicado una de sus protagonistas, Virginia Carmona, no deja de mejorar desde que inició su andadura en la Gran Vía madrileña. “Yo, personalmente, estoy mucho más suelta ahora que el día del estreno”, confiesa la Fantine de Víctor Hugo. “La cosa de los nervios es algo que ya tengo superado. Además, mi personaje está muy poquito tiempo en escena, es como un spring.” Y su truco para obtener una buena marca es… “Me meto entre cajas, siempre en la misma esquinita, y me siento a pensar en Fantine, en lo que le ocurre, en dónde está…”
Fantine es quizá la figura más dramática del musical: una madre soltera que se ve obligada a vender todo cuanto posee, incluso su cuerpo, para mantener a una hija enferma de la que, mientras ella trabaja, se hace cargo una cruel familia de taberneros. “Puede que no lleguen a prostituirse como Fantine, pero, ¿cuántas mujeres hay hoy en día que dejan sus hijos en Sudamérica y se vienen a trabajar a España para mandarles dinero a casa? –reflexiona Virginia –. Desgraciadamente, es una historia que se repite, y creo que muchas mujeres se pueden sentir identificadas.” Porque 130 años después de que el escritor francés creara la novela homónima, los temas tratados siguen tan vigentes como el primer día.
La atemporalidad de la obra maestra es lo que hace que, después de estrenarse por primera vez en 1985, esta nueva versión haya sido vista ya por más de 56 millones de espectadores en todo el mundo. Y que aquí, en Madrid, todas las funciones acaben con un teatro a rebosar ensordecedoramente en pie. Quien se lleva más aplausos… “Es siempre él, Valjean, por supuesto.” Jean Valjean es el protagonista del espectáculo, un ladrón que adopta una nueva identidad para convertirse en un honrado ciudadano y hacerse cargo de la hija de Fantine cuando ésta muera. “Es un personaje muy complejo y el que está más rato en escena. Además, Gerónimo Rauch lo hace de maravilla. Nosotros también le aplaudimos, así que no me extraña que sea él quien se lleve la mayor ovación.” Y el tema que tiene más éxito… “Sale el sol – contesta decidida –. Es una de las canciones más potentes. Ésta y Sálvalo, que lo interpreta Gerónimo estupendamente.” Pero el número preferido de la cantante sevillana es otro: “A mí me encanta Soñé una vida –su tema –, aunque donde disfruto de verdad es en el epílogo, cuando el espíritu de Fantine se lleva a Valjean. Es espectacular.”
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Los actores tuvieron dos meses para preparar el espectáculo antes de su estreno. “Es poco. Dos meses es poco –considera la presentadora de El Club del Pizzicato –. Creo que no tuvimos suficiente tiempo de ensayo en el teatro. Aquí todo es tan distinto…” Según Virginia Carmona, el teatro es demasiado pequeño para una producción tan grande, lo cual puede resultar peligroso para los propios actores. “Día sí, día también, estás a punto de chocarte contra una carga –denuncia –. Hay tan poquito espacio que nos da la sensación de que sobramos en el escenario. Y también hay mucho ruido, porque tienen que estar montando y desmontando todo el rato: que si la taberna de los Thenardier, que si el muelle de las prostitutas… No es culpa de nadie. Simplemente que, como no hay espacio…”
Ya lo decía Mackintosh, que “a la Gran Vía le falta mucho para ser Broadway”… Pero más mérito tiene entonces que, en estas condiciones, todos los días desde el estreno del musical de los musicales, el Teatro Lope de Vega de Madrid haya lucido en sus taquillas el cartel de “AGOTADAS LAS LOCALIDADES”.
