UNA DE VAMPIROS PERO SIN VAMPIROS

Bella malicia, la primera novela de Rebecca James, es el guilty pleassure literario de la temporada. Es una historia juvenil, sin demasiadas complicaciones, protagonizada por chicos guapos y narrada de una manera bastante simple pero, al mismo tiempo, entretenidísima, que engancha desde el primer momento y que va directo al grano. La propia editorial ha definido Bella malicia, que por cierto se ha convertido en un fenómeno literario en todos los países donde se ha publicado, como «una novela de vampiros pero sin vampiros». Una definición bastante acertada, por cierto.

La protagonista de la historia es Katherine, una chica tímida e introvertida que se acaba de trasladar en Sydney para huir de una dura experiencia familiar y empezar una nueva vida. Allí, Katherine conocerá a Alice, la chica más popular del instituto, de quien se hace amiga rápidamente. Pero pronto, Alice demuestra que no es la chica simpática y encantadora que aparentaba ser, y utilizará contra Katherine todos los secretos que ésta le ha confiado.

Pronto se conoce cual es el secreto de Katherine. Su hermana pequeña y la favorita de sus padres, Rachel, murió asesinada en una fiesta en la que no debía estar, y ella no hizo nada para evitarlo. Por eso se siente culpable. Así, la historia transcurre en tres tiempos diferentes: el pasado, concretamente la noche en que asesinaron a Rachel; el presente, centrado sobre todo en la relación que se crea entre los distintos protagonistas; y el futuro, en el que Katherine tiene una hija llamada Sarah, a la que tiene sobreprotegida porque no quiere que le ocurre nada malo, como a ella en su momento.

Dicen que cuando el argumento de una novela no es gran cosa, los personajes deben estar muy bien definidos psicológicamente y tener una personalidad marcada, y esto es algo que la autora consigue a la perfección, especialmente con las dos protagonistas principales: Katherine y Alice. La primera es la típica chica tímida y callada que no puede evitar sucumbir a los aparentes encantos de Alice, pero cuando se da cuenta de cómo es realmente su amiga, ya es demasiado tarde; y Alice, por su parte, es el personaje más complejo de la historia, el que presenta giros más sorprendentes. Los otros personajes tampoco están nada mal: Robbin es el clásico buenazo, enamorado hasta las trancas de Alice, a pesar de saber que no le conviene para nada (a quién no le haya pasado esto alguna vez que tire la primera piedra); Philippa es la amiga que todo quisiéramos tener, y la que desde el primer momento desenmascara a Alice; mientras que Mick es otro encanto, como Robbin, pero con más carácter que éste.

Su autora ha dicho de esta novela que “me ha servido para entender por qué a veces podemos ser amigos de personas que no nos convienen, por qué nos implicamos en relaciones, sean de amistad o de pareja y que son para nosotros destructivas o dañinas. He observado muchas veces a personas que mantienen una relación o una amistad que no les hace ningún bien. Es algo que me ha ocurrió a mí misma cuando era joven y que todavía hoy me fascina».