SCOTT PILGRIM CONTRA EL MUNDO: 3-2-1 FIGHT!

Scott Pilgrim (Michael Cera) es el bajo de un grupo garage. Tiene 22 años, está en el paro y sale con Knives Chau, una chica de instituto, hasta que en su camino se cruza Ramona Flowers, la chica de sus sueños… literalmente. Desde ese momento, Pilgrim sólo piensa en conquistarla, pero no será tarea fácil: para hacerlo tendrá que derrotar a los siete malvad@s ex-nov@s de su amada.

La primera sensación al salir del cine es pensar que acabas de ver una película de lo más rara, pero no en el mal sentido de la palabra, si no todo lo contrario: Scott Pilgrim contra el mundo es una de las películas más originales que han salido en cartelera últimamente, y sobre todo, en este 2010 sin mucho para elegir. Además, la película de Edgar Wright (Zoombies party) es difícil de encajar en algún género existente, pero, sin duda, es una frikada genial.

Hay que destacar tanto los efectos sonoros, que te hacen sentir que estás en medio de un videojuego las casi dos horas de película, como el reparto elegido para la cinta: Michael Cera (Juno, Supersalidos) da vida a Scott Pilgrim y te lo crees, porque su pinta de geek-nerd encaja perfectamente con el papel que tiene que interpretar; Kiera Culkin (hermano de Macaulay) es el compañero de piso gay de Pilgrim y junto con Ellen Wong, la novia adolescente y groopie del protagonista, son lo mejor de la peli y los que más hacen reír entre batalla y batalla.

Otro punto a favor de Scott Pilgrim contra el mundo son los gags a videojuegos antiguos que recuerdan a los tiempos de Mario Bross y la Super Nintendo. Los fans del cómic de Bryan Lee O’Malley en el que se basa el film pueden estar más que tranquilos, ya que la adaptación cinematográfica ha sabido guardar la esencia y hacerle justicia. Para los aquellos que no lo hayan leído: que no cunda el pánico, no es necesario haberlo hecho para disfrutar de la película, pero las probabilidades de querer leerlo después de ver Scott Pilgrim contra el mundo son muy altas.

La película está calificada como “para todos los públicos”, pero habrá quien abandone la sala a los diez minutos de empezar. Sin embargo, quedarse en el asiento los 112 minutos de cinta tiene su recompensa y el que lo haga, habrá visto una de las películas más frescas de los últimos años.