Robert Downey Jr. fue el primero en transitar por este largo camino, cuando en el año 2008 se puso el famoso traje metálico de Iron Man y se subió, con su habitual e impecable estilo, a la gran pantalla. Ese superhéroe »genio, millonario, playboy y filántropo», que rápidamente nos embaucó con su carácter controvertido y su humor sarcástico no tenía precedentes. Era la contrapartida perfecta para el Capitán América (Chris Evans), el legal soldado, siempre al servicio de una autoridad superior, que llegaría solo unos años después, en el 2011. Mientras tanto, también habíamos tenido ocasión de conocer al dios nórdico Thor (Chris Hemsworth) y al particular científico Bruce Banner (Mark Ruffalo). Pasarían meses desde entonces, hasta que se encontrasen los cuatro en este Universo Cinematográfico de Marvel, que todavía no había hecho más que empezar a caldear el ambiente. El estreno de The Avengers, en el 2012, ya nos había dejado expectantes y ni siquiera se hacía posible por aquel entonces imaginar las repercusiones que, casi una década, dieciocho superhéroes y más de veinte películas después, habría llegado a cosechar. Con esta cinta descubrimos, además, a la Viuda negra (Scarlett Johansson), cuya película en solitario aún se espera fervientemente, y a Ojo de Halcón (Jeremy Renner). Estábamos, sin saberlo, ante el primer gran Cross Over en cadena que vería el cine y ahora nos hallamos ante el desenlace de toda una era marcada por una sucesión de historias cruzadas.
Llegados a este punto, es solo cuestión de horas que el ansiado estreno de The Avengers: Endgame, el final de la tetralogía principal, llegue a nosotros y poco podemos decir que vaya más allá del fervor que, por sí solo, se respira al pensar en ello. Un fervor que ya nada tiene que ver con aquel largometraje que, aún a día de hoy, sigue trasladándonos a ese primer trabajo en equipo del diverso grupo de superhéroes. Es el sabor de un comienzo que se ha expandido hasta convertirse en una de las películas más esperadas y es que en la historia no ha habido una producción con mayor número de reservas anticipadas. Los fans se han agolpado en los puntos de venta on Line y han sembrado el caos con la reventa a precios desorbitados, como ha ocurrido en algunos países de América Latina. A pesar de ello, y en las horas que restan hasta el momento en el que su inconfundible banda sonora vuelva a retumbar entre nuestras butacas, continuamos siendo testigos de la gran cantidad de teorías que se han difundido por internet a raíz de los sucesos acaecidos durante el debut anterior de este fenómeno mundial.
Avengers: Infinity War (2018) nos dejó un abrupto final que convirtió nuestras mentes en un hervidero de curiosidad y, ante la falta de información, las diferentes opiniones comenzaron a agarrarse a las páginas del servidor de Google. No me refiero, por supuesto, a la inesperada muerte de Loki (Tom Hidleston), uno de los villanos más queridos y que algún que otro corazón roto se dejó por el camino; sino a ese momento en el que vimos a Thanos (Josh Brolin) elevarse con las seis gemas del infinito y poseer el destino del universo en sus manos, nunca mejor dicho. De esta manera, eliminó al 50 % de la población mundial; un hecho del que ni siquiera los héroes pudieron librarse. Muchos de aquellos que ya con sus películas independientes nos habían encandilado se desvanecieron como polvo, dejando a unos pocos la desoladora misión de cambiar los hechos. ¿Pero cómo? Es la pregunta que todos nos hemos formulado, ¿y ahora qué?
Ante estas incógnitas, han visto la luz teorías tan dispares como la creencia de que todavía quede una séptima gema del infinito oculta, o la alternativa, que nuca se deja de lado, de los viajes en el tiempo. A su vez, contamos con la incorporación de la Capitana Marvel (Brie Larson), cuya película se estrenó el pasado 8 de marzo y que podría aportar algún tipo de solución a esta enigmática trama. Sin embargo, gran parte de la clave parece residir en el Dr. Strange (Benedict Cumberbatch) y su habilidad de visualizar todos los posibles futuros. Si recordamos los sucesos previos a este devastador suceso, cuando todavía augurábamos algún tipo de esperanza, él tomó una decisión que marcó el transcurso de los acontecimientos: entregarle a Thanos la gema del tiempo a cambio de que le perdonase la vida a Tony Stark, alegando que »esta era la única manera». Paradójicamente, cabe preguntarse, ¿la única forma de obtener la victoria es facilitarle al enemigo su objetivo? Es en este punto en el que da la impresión de que el Dr. Strange, con sus habilidades místicas para explorar más de 14 millones de realidades factibles, ha empezado a jugar una partida de la que solamente él conoce las reglas. Es el juego final que se acerca y por el cual podemos deducir que Iron Man, ese »genio, millonario, playboy y filántropo», podría desempeñar un papel fundamental para el desenlace. Aún así, nada podremos saber con firmeza hasta que pasen las horas y, en este 25 de abril, Los Vengadores vuelvan a abrirse camino hacia nosotros.
