LOS GONDOLEROS SILENCIOSOS

Los gondoleros silenciosos

“Hola, me llamo Iñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir.” Quien haya nacido en la década de los 80 y no haya pronunciado nunca estas palabras, no ha tenido infancia. Es una de las frases del cine más repetidas y conocidas de la historia, pertenece a La princesa prometida, película (1987) de Rob Reiner que en su estreno fue un fracaso y que con el paso del tiempo se convirtió en una película mítica. La princesa prometida, basada en la novela de William Goldman del año 1973, es en palabras de su autor “un relato clásico de amores verdaderos y grandes aventuras…” y cuenta en su reparto con una jovencísima y magnífica Robin Wright en el papel de princesa Buttercup.

William Goldman, escritor y guionista estadounidense, a pesar de no ser muy conocido para el gran público –¿qué guionista lo es?–, es uno de los mejores guionistas del cine estadounidense. Suyos son los guiones de las películas Dos hombres y un destino, Todos los hombres del presidente, Marathon Man, La princesa prometida, Misery o Maverick. Su trabajo como guionista le ha valido dos Oscar, uno al mejor guión original por Dos hombres y un destino y otro al mejor guión adaptado por Todos los hombres del presidente. Además, es el autor de dos de los libros más importantes publicados acerca de la industria cinematográfica: Aventuras de un guionista en Hollywood y Nuevas aventuras de un guionista en Hollywood.

William Goldman en La princesa prometida, su novela más conocida, utilizó el pseudónimo de S. Morgenstern. Pseudónimo que recuperó en Los gondoleros silenciosos, libro publicado originariamente en 1983 y que ha tardado 27 años en publicarse en España. Los gondoleros silenciosos es el resultado de la investigación de Morgenstern sobre por qué los gondoleros de Venecia, que eran los mejores cantantes del mundo, un día, de repente, empezaron a cantar tan horriblemente que desde entonces los clientes les piden que remen en silencio. La respuesta a ese enigma está en la historia de Luigi, un joven de sonrisa bonachona que toda su vida soñó con ser gondolero. Goldman, a través de su narrador ficticio, nos lleva a la taberna secreta de los gondoleros, a la Iglesia de las almas de los que murieron por el Mar y a otros muchos lugares mágicos, dibujando una Venecia a medio camino entre la realidad y la fantasía en la que Luigi, a pesar de todas las frustraciones, sinsabores y derrotas, jamás renunciará a su sueño.

En este libro Goldman hace gala de nuevo de su ingenioso sentido del humor recuperando el espíritu de los cuentos clásicos y  en un estilo literario que recuerda al de La princesa prometida. Si bien no alcanza el encanto que tenía su anterior novela, tiene unos diálogos ingeniosos y agudos que deleitarán al lector y le adentrará en una Venecia llena de magia. Además, hay que destacar que la edición de Ático de los Libros incluye las ilustraciones que Paul Giovanopoulos realizó para la edición original del libro y que son una maravilla. Los gondoleros silenciosos es una fábula que deben leer los que disfrutaron con La princesa prometida y también los que todavía no han leído ninguno de los dos libros, porque ya están tardando.

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