De Iván Ferreiro esperábamos mucho. Todo. Y eso que se la jugaba. Tres conciertos para tres noches seguidas, tal y como están las cosas, no es moco de pavo. Pero apostó y salió vencedor. Una vez más Madrid como primer termómetro de su nuevo repertorio Picnic Extraterrestre; una vez más, una fiesta que, pese a despegar un tanto fría, fue subiendo enteros a medida que se sucedían las nuevas canciones, hasta el desmelene final. Apoteósico.
Aderezado por una banda que cada vez suena más compacta y que engrandece en el directo las destrezas del de Vigo, Ferreiro sorprendió con el vodevil rock de ‘Cabaret‘, conmovió con el amargo e incendiario desahogo que es `Farenheit 451´ y firmó sentencia con la aplaudidísima ‘Relamida‘, que cerró la presentación de los nuevos temas. Después, el más absoluto descontrol. Lo que todos esperaban: el karaoke colectivo. Los hits. La comunión. Los himnos que tronaron durante toda una hora de concierto. ‘Toda la verdad’, ‘Extrema pobreza‘, una revisada `NYC’ o ‘Turnedo’. Orgía de pop de dientes apretados. Canciones de las que, como sucederá con las de Picnic Extraterrestre, uno jamás se cansa. Dadles tiempo y veréis.
Grande. Muy grande.
