Empezó plagiando a Lenny Kravitz a los 15 años y ahora, con 34, va a lanzar su primer disco a la venta. Un álbum que verá la luz esta primavera gracias a la ayuda de familiares, de amigos y de sus futuros fans, que han podido elegir las canciones que aparecerán en It’s an amazing time. Su nombre es Frédéric Tensi, pero podéis llamarle Fen.
“En teoría, mi hermana iba a ser la que tenía que ir para música, porque fue a ella a quien mi padre le regaló la guitarra. Pero ella no la usaba y yo se la robaba.” Estudió 5 años de piano clásico en el conservatorio y, después, decidió ponerse a componer. “Llegué hasta La Marcha Turca y dije: ya está, quiero hacer otra cosa. Por aquél entonces, estaba todo el día con Lenny Kravitz a saco y, como todavía no tenía muy claro lo que quería decir, creaba bases nuevas con las letras de sus canciones.”
Fen comenzó a componer hace 19 años y, según su productor, Cristóbal Moure, “tiene música para hacer tres y cuatro discos perfectamente”. Sus influencias, además del cantante neoyorquino: Seal, Sting, Muse, Keith Jarrett y, “obviamente” Michael Jackson. “Fue un flechazo. Michael Jackson me fascinó y, de hecho, empecé a cantar gracias a él. Me acuerdo de que, de pequeño, ponía sus vinilos y me filmaba imitando su voz. Y la verdad es que lo bordaba… Hasta que me cambió la voz.”
El artista ha escuchado siempre música en inglés. Quizá por esto, aunque es francés y ha vivido desde pequeño en España, todas las letras de su álbum estén en este idioma. “Siempre me ha gustado la sonoridad en inglés. Me parece un lenguaje más sintético y fluido, con el que puedes expresar mucho en pocas palabras.” Sin embargo, también reconoce que la lengua del Imperio británico le puede ser útil a la hora de abrirse paso en el mercado internacional. De hecho, es posible que el lanzamiento de It’s an amazing time tenga lugar fuera de España. “Intentaré irme a Londres o a Estados Unidos. Allí se valora más la música y la cultura en general. Creo que aquí no se le da toda la importancia que tiene y siempre intentan ayudar a los que ya están arriba.”
“Además, su producto suena muy guiri –interviene Cristóbal –. No suena a algo típicamente español.” Según el productor, Fen tiene tres diferentes estilos de composición: una línea popera, una de jazz clásico y otra más experimental y cañera, donde mezcla pop, rock y electrónica. “Para dar coherencia a tanta variedad, nos pareció importante que fuera el propio público quien escogiera los temas que más le gustaba.” Para ello, colgaron 24 canciones en su página web y seleccionaron el Top Ten de las más votadas. La ganadora: Take Me. “Es una canción jovial, alegre, optimista –explica su autor –.Creo que por ello ha sido la más votada.”
“Es su definición como artista y como persona –añade Cristóbal –. El tío más feliz que conozco es Fen. Siempre ve el vaso medio lleno y no medio vacío.” Porque cuando la felicidad consiste en “despertarse con tu mujer, hacer el amor, desayunar unos croissants en París o subir a pie la Tour Eiffel”, no cuesta tanto de alcanzar. Y, cuando se alcanza, se convierte en la más suprema de las musas que cualquier creador pudiese invocar. Así le ocurrió a la futura estrella cuando se enteró de que iba a ser papá y compuso Mae. “Es una nana, y se titula como mi hija, que acaba de nacer. La hice mientras estaba en el vientre de su madre –explica enternecido –. Me hubiera gustado que el disco hubiese salido antes que ella… Lo bueno es que gravé el audio del parto y voy a incorporar su primer llanto en la canción.”
La mayoría de temas los ha montado él solo, tocando cada instrumento por separado y editándolo después en el ordenador. Hasta que un día la ventura quiso que un grupo de músicos profesionales (de la talla de Lou Marini, Pablo Serrano, Manuel Cabezalí o Bimba Bosé) le ayudaran a grabar su disco en un pequeño estudio excavado bajo un pedrusco en Manzanares el Real. “Simplemente, les gustó mi música y decidieron apostar por mí.” Como han hecho ya algunos de sus incipientes fans, que le han comprado el disco en mp3 incluso antes de que se haya completado. “A veces, cuando me acuesto, pienso en toda la gente que me ha ayudado y les doy las gracias. Ha sido una suerte todo –reconoce el artista –, y si no fuera por todos ellos, nada de esto se estaría haciendo realidad.”
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