En En la cama, un aquí te pillo, aquí te mato y si te he visto, no me acuerdo, de repente, se convierte en algo más sin levantarse del colchón. Porque en esa cama de ese motel al que todos van a lo mismo, se hacen muchas cosas: se fuma, se bailar, se retoza, se ríe, se llora, se calla, se duerme y se charla. Sobre todo, se charla, porque, ¿de qué hablan dos extraños entre polvo y polvo? Pues de todo, de cualquier cosa: de cine, de secretos, de inseguridades, de antiguos amores, de otras visitas a moteles, de sueños, de futuro, de pasado y de deseos.
Unas horas después de conocerse en un cumpleaños, Bruno y Daniela alquilan una habitación en un motel barato para tener un encuentro sexual y pasar la noche juntos. No saben nada del otro, ni siquiera sus respectivos nombres, y después de esa cita jamás se volverán a ver. Tras el sexo, estos dos extraños perciben que entre ambos se ha creado cierta química. Espontáneamente, los dos comienzan a hablar, abriendo las puertas de su pasado y su intimidad. En sus relatos se mezclan recuerdos y sueños, verdades y mentiras, deseos y miedos, honestidad y traición, amor y odio. Todo se confunde a lo largo de la noche.
Esta cama donde todo resulta creíble y natural, es la muestra de que no se necesita mucho dinero para hacer una película que merezca la pena ser vista. En la cama es un claro ejemplo del bueno, bonito y barato que tantas veces hemos escuchado. Sin abandonar la cama de una habitación de motel en el que en vez de “exit” pone “sexit” más que para ir al baño o a la bañera (momento que uno y otra aprovecharán para cotillear rebuscando en la cartera del otro en busca de fotos, notas, tarjetas o cualquier cosa que nos pueda dar una pista de quién es esa persona que tenemos al lado y de la que no sabemos nada más que su nombre), con una cámara que se mueve y contándonos y enseñándonos una historia que, en ocasiones, está más cerca del teatro que del cine.
Gonzalo Valenzuela y Blanca Lewin son los únicos protagonistas de esta película chilena del director Matias Bize y que Julio Médem adaptó a su manera en Habitación en Roma. En la cama es melancolía en estado puro acompañada por cuerdas, solos de viento y acordeón, y con unos diálogos que cualquiera podría tener con alguien que acaba de conocer y a quien no se tiene intención de seguir conociendo una vez se cierre la puerta de la habitación del motel. Una peli de estados de ánimo, tan real como áspera. Erótica e inteligente. Maravillosa.
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Año: 2005 Duración: 85 minutos País: Chile Género: Drama Director: Matías Bize Guión: Julio Rojas Música: Diego Fontecilla¡ Reparto: Blanca Lewin y Gonzalo Valenzuela