“Es muy normal”, me advirtieron unos humildes labios gijoneses antes de que marchara a su localidad natal. Por si acaso, añadí la prevención a mi maleta de expectativas. Y, como siempre, al llegar descubrí que había malgastado el espacio. Porque las ciudades
Juanjo Sáez es un tipo que cae bien cuando lees sus historietas. Es un niño grande, eso se ve a la legua. Y no sólo por sus dibujos deliberadamente simplistas y medio mal hechos, ni por su caligrafía infantil y llena de