Anna Karenina: La excusa de un adulterio

Cartel oficial película Anna Karenina

Todo pasa muy rápido. No sólo porque se sabe leyendo la sinopsis de esta increíble novela que la trama trata sobre un adulterio entre aristócratas de la Rusia zarista. No, si no porque esta novela es muchísimo más, con un trasfondo y unos personajes representativos de todo cuanto el autor quiso decir. ¿El adulterio? Finalmente queda como algo más anecdótico, como la primera ficha de dominó que empuja a las demás, las que realmente formarán el dibujo.

Así pasa en Anna Karenina. Ella, mujer casada con un célebre ministro y con un hijo, y él, un militar aristócrata que encandila a las más jovencitas. Podría ser la historia más vieja del mundo pero la cuestión es la crítica social que se vislumbra en las acciones del mundo que rodea a la trágica heroína. Hipocresía, falsedad, machismo y una incipiente reforma política de base, pasado de la posterior revolución rusa. Y lo más curioso, el autor hecho héroe en el personaje de Lyovin, que sufre el mismo tortuoso devaneo mental que León Tolstói en la vida real, con un paralelismo en ambas historias que resulta tan íntimo como un diario. Cuestiones como el repudio social, la preferencia de la vida en el campo, la fe religiosa o las reflexiones sobre el campesinado, tal vez, más igualitarias, muestran al lector su conclusión ante la felicidad espiritual.

Desde luego, este es el punto cumbre de esta obra, conocida en todo el mundo debido a las numerosas películas que de ella se han hecho (en 1935 con Greta Garbo de protagonista o en 1948 con Vivien Leigh, por ejemplo), y a veces despreciada por la difícil tarea de transmitir todo el mundo de Tolstói en dos horas y media. Algo a lo que sin duda se han enfrentado en la versión de Joe Wright que está en los cines estos días.

Anna Karenina siempre ha tenido el estigma de un “romance de alta sociedad”, pese a que grandes como Dostoyevski la hayan aclamado como una “obra de arte”. A veces, incluso, Guerra y Paz de Tolstói la eclipsa entre los menos especializados. Pero no importa, puesto que continúa apareciendo en nuestras vidas, demostrando que con un conflicto habitual, se pueden desarrollar grandes cosas. Un adulterio, sin más, algo bastante común que sirve como excusa para desvelar un torrente de opiniones, críticas y reflexiones de la época. Una obra de arte, como dijo Dostoyevski.

 

Deja una respuesta

Your email address will not be published.