AMORES QUE MATAN

Escultura. Los amantes de teruel

Aprovechando los últimos versos del famoso soneto de Quevedo: “Su cuerpo dejará, no su cuidado; serán ceniza, mas tendrá sentido; polvo serán, mas polvo enamorado”, se puede apreciar cómo, desde hace siglos, el mundo se mueve en torno a dos elementos: el dinero y el amor. El poder del primero es de sobra conocido, ya lo decía en el siglo XIV el Arcipreste de Hita: “Poderoso caballero es don Dinero… Al torpe hace discreto, hombre de respetar, hace correr al cojo, al mudo le hace hablar”, pero… ¿y el amor? Sentimiento y tema por excelencia en gran parte de la literatura y el cine. En todas sus versiones; feliz o trágico, más o menos apasionado, libre o clandestino… el abanico de posibilidades es infinito…

Hay amores que matan, o eso dicen, aunque hoy día no se estila mucho eso del “mal de amores”, si acaso un ligero suspiro y… a otra cosa.  No ocurre lo mismo en El paso de la laguna Estigia, un óleo sobre lienzo del pintor flamenco Patinir que se encuentra en el Museo del Prado de Madrid. El cuadro hace alusión al río Leteo y muestra el paso del Paraíso al Infierno frente a los versos del soneto del famoso autor del Siglo de Oro español en donde el amor vence a la muerte y logra traspasarla.

Algo parecido les ocurrió a los Amantes de Teruel. Según recoge la leyenda, no lograron ser felices en vida y, por ello, intentaron continuar su amor en el mismo lugar que Quevedo: Más allá de la muerte, todo un canto al amor y un desafío a ella: a la Muerte. Un amor semejante al de Orfeo, cuya alma enamorada fue capaz de atravesar las infernales aguas del río Leteo por su amada. Un ideal inalcanzable, eso es el amor; un ideal por el que han luchado y luchan algunos de los soñadores que aún andan sueltos por el mundo. Así, como si de un poema, un cuadro, una escultura, un mito o incluso una leyenda se tratase entran a formar parte de esta paradoja, unas veces dolorosa, otras alegre como el trinar de un ruiseñor, pero, sin duda, toda una historia: nuestra historia.

El paso de la laguna estigia

Con El paso de la laguna Estigia, Patinir, al que se le considera precursor del paisaje como género independiente, hace que este tema parezca insignificante; ya que se encuentra inmerso en un precioso paisaje, donde el protagonismo lo alcanzan elementos como las nubes o el agua. Un paisaje puro y estático en donde se mezclan creencias paganas y cristianas; al igual que en la escultura de los Amantes de Teruel, cuya imagen ha quedado inmortalizada y congelada en la escultura de sus respectivas tumbas, simbolizando así un amor que será eterno.

Poesía, pintura, escultura, mitología y leyendas; una fusión de arte o artes que no siempre fueron consideradas como tales. Así, en la antigüedad, la poesía era un tipo de filosofía o profecía, no un arte; por ello, Quevedo sería algo parecido a un profeta, no un artista. Lo mismo ocurría con la escultura y la pintura, no eran artes liberales y perfectas como la retórica o la música, eran artes mecánicas que ni siquiera aparecían reflejadas en los listados; ya que no eran útiles ni importantes. ¡Qué gran transformación! ¡Qué gran cambio de mentalidad, de sociedad… En definitiva, de cultura! Gracias al concepto moderno de belleza desaparecen estas diferencias entre las artes y surgen las denominadas Bellas Artes, cuya finalidad actualmente radica en producir belleza, basándose en una interpretación cada vez más liberal del arte y sus respectivas manifestaciones.

Libre, apasionado, tierno, dulce, melancólico, fuerte, débil, entregado, sumiso… los adjetivos que se pueden aplicar a la obra de arte son tantos como sensaciones pueda despertar en nuestro interior; lo mismo que el Amor, ese “Alma a quien todo un dios prisión ha sido, venas que humor a tanto fuego han dado, médulas que han gloriosamente ardido…”. “Amores que matan” o que dan vida e ilusión. Amor y arte o amor en el arte, como se puede apreciar en este recorrido en donde se funden las artes con el amor o el amor con las artes. Todos unidos, como si ese yo individual, que todos llevamos dentro, intentase encontrar las respuestas del amor o desamor a lo largo de la historia de un arte que se superpone y está en constante evolución porque podrá haber cenizas, “mas tendrá sentido y polvo serán, mas polvo enamorado”.

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