El amor, la pasión y la muerte se dan la mano en Una velada con Duato y Kylián, una triple propuesta coreográfica del Ballet Nacional SODRE de Uruguay. Su director artístico, Julio Bocca, rescata tres montajes de dos de los coreógrafos más importantes del siglo XX: Nacho Duato y Jiří Kylián. Se trata de Petite Mort, Without Words y Sinfonietta.
Petite Mort: el erotismo y la muerte
Los bailarines luchan con sus floretes, rompiendo el silencio solo con el rasgar de la hoja en el aire, con los golpes de los pies en el suelo: la muerte puede ser una complicada compañera de baile. Ellas también tendrán una pareja de baile inanimada: una suerte de vestido de época rígido y partido por la mitad. Cuando el bailarín y la bailarina se encuentren ocurrirá la “pequeña muerte”: el orgasmo, la unión de violencia y ternura.
Petite Mort fue creada por Kylián para el Festival de Salzburgo, con motivo del segundo centenario de la muerte de Mozart (1991). Fue interpretada por el Nederland Dans Theater. La música son fragmentos lentos de distintos conciertos para piano de dicho compositor.
Jiří Kylián (Praga, 1947) es uno de los principales exponentes de la escuela holandesa de ballet. Se formó en Praga y Londres. En 1968 ingresó en el Ballet de Stuttgart, donde se inició como coreógrafo con Paradox (1970) Seis años después, sería nombrado director artístico del Nederlands Dans Theater. En 1992 creó su propia compañía. Entre sus condecoraciones destaca un Oliver Award (1978) y la Medalla de Honor de las Artes y las Ciencias (2008)
Without Words: intimidad
Pasional e íntima, como los momentos en los que sobran las palabras. En un escenario apenas iluminado y con la proyección de fotografías en blanco y negro de momentos de la coreografía, los bailarines se aman y discuten, juegan y se abandonan.
Without Words fue creada por Duato para el American Ballet Theatre en 1988. La música «sin palabras» es de Schubert: desnuda y sin ornamentos pero esencialmente bella.
Nacho Duato (Valencia, 1957) se formó como bailarín es escuelas nacionales e internacionales, como la Rambert School de Londres o la American Dance Centre de Nueva York. Bailó bajo el mando de Jiří Kylián en el Nederlands Dans Theater. Allí creó su primera coreografía, Jardí Tancat (1983), con la que ganó su primer premio. Unos años más tarde, en 1988, fue nombrado coreógrafo estable de dicho ballet junto a Kylián y Hans van Manen. Fue director artístico de la Compañía Nacional de Danza desde 1990 hasta julio de 2010. Hoy sus coreografías forman parte del repertorio de las mejores compañías nacionales. Entre otras distinciones, ha recibido el Premio Nacional de Danza (2003), la Medalla de Oro a las Bellas Artes (1998) o el VSCD (Premio de Oro de la Danza, 1987)
Sinfonietta: un salto infinito
Derroche de energía, técnica y trabajo corporal, Sinfonietta es una mezcla de estilos: clásico, contemporáneo y folclórico y, también, la obra más conocida de Kylián. Fue estrenada en 1978 e interpretada por el Nerderland Dans Theatre.
En Sinfonietta, la alegría se refleja en unos pasos de baile en los que los pies apenas tocan el suelo y el juego en que los bailarines parecen improvisar. La música de Leoš Janáček y la luz celeste inundan de romanticismo un escenario que había permanecido prácticamente a oscuras en las dos coreografías anteriores.
El Ballet Nacional SODRE/ Uruguay o BNS nació como organismo público en 1935. En su repertorio aúna coreografías de ballet clásico y contemporáneas. Fue con la llegada en 2010 al puesto de director artístico del argentino Julio Bocca cuando se produce una transformación en el BNS no solo a nivel artístico y de gestión: la apertura a bailarines y coreógrafos de todo el mundo es una de las señas de esta compañía, además de la juventud de sus miembros.
Con un público que supera los 100.000 espectadores anuales y las entradas agotadas en Teatros del Canal, el BNS estará hasta hoy, 8 de enero, en Madrid con Una velada con Duato y Kylián.
