Una secuela con gancho

Un libro desaparecido que aparece misteriosamente una casa de subastas en Londres, un ex agente del FBI y la infame Área 51 son el punto de partida de El libro de las almas, continuación de La biblioteca de los muertos, de Glenn Cooper. Will Piper, que repite protagonismo en esta novela, lleva una vida tranquila en Nueva York junto a su nueva mujer y su hijo. Alejado de la botella de whisky que tantos problemas le causó en el pasado, intenta llevar su prematura jubilación de la mejor manera posible.

 

Pero las cosas se complican cuando dos ex empleados de la Zona 51 se ponen en contacto con él para involucrarlo en una peligrosa misión: hacerse con un misterioso libro que contiene la fecha de nacimiento y de muerte de los habitantes de EEUU, pero sólo hasta 2027, fecha en la que tendrá lugar el fin del mundo.

Aburrido de su vida en Nueva York, Piper acepta. Comienza entonces una peligrosa aventura en la que Will deberá encontrar el libro antes que los Vigilantes del Área 51, zona utilizada por el gobierno de EEUU por beneficios económicos. La carrera por hacerse con el libro y descubrir por qué aparecen esas fechas en él llevará a Will hasta Cantwell Hall, residencia del dueño del libro donde Piper conocerá a Isabelle, una bella e inteligente joven que hará tambalear su matrimonio.

Malos malísimos, acontecimientos históricos reales unidos a hechos fantásticos, un gobierno corrupto, el apocalipsis y una historia de amor. Son los ingredientes necesarios para lograr un bestseller, una novela no precisamente original pero que consigue enganchar al lector desde la primera página y mantener la intriga hasta el final. No consigue estar a la altura de la primera novela, pero se deja leer.

Lo mejor: cuando, durante la investigación sobre la procedencia del libro, aparecen involucrados personajes como William Shakespeare o Juan Calvino.

Lo peor: el final, demasiado previsible.

 

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