Últimos días para visitar a Van Gogh en el centro de Madrid

Exposición Van Gogh Alive en Madrid
Exposición 'Van Gogh Alive: The experience' en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. | Fuente: Van Gogh Alive
Exposición Van Gogh Alive en Madrid
Exposición Van Gogh Alive: The experience en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. | Fuente: Van Gogh Alive

El fulgor del paso de negro a blanco de las enormes pantallas sobresalta a los curiosos que deambulan distraídos por la sala en lo que el espectáculo decide comenzar. La mano de Vincent Van Gogh esgrime una brocha impregnada en azul. Con ella recorre la mitad de las pantallas, ahora su lienzo en blanco, transitando entre las mismas impulsado por Vivaldi. La experiencia Van Gogh Alive, que inició su gira española en Sevilla justo hace un año, enfila sus últimos días en la capital. Allí permanecerá hasta el 26 de febrero en horario de 10:00 a 23:00 horas.

La sala dispone de paneles informativos sobre la vida y obra del pintor y de la propia exposición. Además de una recreación de la famosa habitación de Arlés (Francia), en la que residió durante el final de su vida. Pero la verdadera exhibición arranca a través de las pantallas con puntualidad y una duración de treinta minutos. Por las paredes y el suelo se suceden una serie de grabados, paisajes cambiantes, pinturas y vías de tren. Un recorrido por la trayectoria del artista holandés, recreada mediante las proyecciones. Estas, unidas al movimiento y la música, construyen una atmósfera tornadiza y expresiva por sus vaivenes.

El entorno multipantalla provoca una experiencia casi inmersiva en la evolución de Van Gogh. Cada etapa se diferencia por los solapados cambios en el uso del color, la luz, el estilo y la técnica. Desde la oscuridad de sus obras en Holanda a la luminosidad y la energía de la influencia impresionista que vivió en París. Asimismo, el arte oriental, y el influjo que en él ocasionaron referentes como Hokusai o Hiroshige, encuentra su lugar en la proyección.

Van Gogh nunca disfrutó de una buena relación con su familia, a excepción de su hermano menor, Theo, con el que se carteaba habitualmente. La correspondencia que con él mantenía invade la exhibición. Esta relación epistolar supone una de las piezas clave empleada por los historiadores del arte para comprender su obra. Y cómo su azarosa vida personal –marcada por un complejo estado mental y emocional– la condicionó en cada una de sus fases. Debido a la naturaleza intuitiva de la demostración, resulta conveniente disponer de conocimientos básicos acerca de la figura del maestro. De lo contrario, es posible que el visitante no comprenda con idoneidad aquello que está presenciando y le resulte ambiguo.

Justo antes de que la sala quede envuelta por los retratos y autorretratos de Van Gogh como punto final, la música adquiere una tonalidad dramática. Trigal con cuervos (1890) se presenta ante los visitantes de la exhibición con la fuerza de su significado. Un disparo sordo y las aves negras abandonan las pinceladas de su creador. Levantan el vuelo y se pierden en el cielo amenazador.

 

Alexandra Roiba

Periodista, lectora, soñadora y, por tanto, algún día escritora. Mi lugar en el mundo es en una posición privilegiada en el ojo del huracán que son las historias por descubrir y por contar. Bon Jovi como banda sonora, un diccionario bajo el brazo y una buena taza de té negro en la mano. Y, un momento, ¿dónde está mi lápiz?
| @alexandraroiba | www.dondeestamilapiz.com |

Deja una respuesta

Your email address will not be published.