Cesc Gay (1967, Barcelona) nos deleita con una cinta cargada de emotividad, en donde la valentía, el amor, la amistad y la muerte son los claros protagonistas.
Truman cuenta la historia del reencuentro entre dos viejos amigos de la infancia en el que podría ser su ultimo adiós. Repleto de momentos sarcásticos, el film aborda los últimos días de vida de un actor y cómo la amistad y la fidelidad, aderezados con grandes momentos de ironía, pueden hacer del final algo realmente bello.
Cesc Gay (En la ciudad (2003), Una pistola en cada mano (2012)) regala una historia llena de secuencias dramáticas, enfundadas bajo un abrigo de humor. Imágenes sutiles que se expresan en la relación entre padre e hijo, en la predisposición de elegir uno su propio entierro o en la amistad férrea de un perro y su amo.
Ricardo Darín y Javier Cámara encarnan a esta pareja perfecta, en donde el actor argentino está sobresaliente y el español brilla en cada secuencia. Es una pareja que funciona a la mil maravillas, que se compenetran y aportan en todo momento, regalando al espectador una película difícil de olvidar.
El actor de Nueve Reinas (2000, Argentina) o El hijo de la novia (2001, Argentina) convierte en oro casi todo lo que toca, y ya a nadie le extraña, pocos adjetivos que no se hayan dicho de él podrían sorprender al espectador, pues posee una »magia» que envuelve cada proyecto en el que trabaja.
Pero si hablamos de Javier Cámara, es algo distinto. Cada película que rueda es mejor que la anterior, cada año que pasa se encumbra en el panorama cinematográfico, en cada proyecto se supera notablemente, y en Truman no es menos. Estamos ante uno de los mejores actores españoles de las últimas décadas.
No es de extrañar que la cinta del director catalán sea una de las favoritas para los Goya, tampoco extraña que la dupla de actores levantara en el Festival de San Sebastian el galardón a mejor actor.
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