Han pasado 25 años desde el estreno de La Bella y la Bestia, dirigida por Gary Trousdale y Kirk Wise, la primera película de la factoría Disney que nos presentaba a una joven que lo último que ambicionaba era ser princesa. Pero fue en eso en lo que se convirtió al amar sin reservas a una bestia encantada. Esta semana llega su nueva versión, producida por Bill Condon, en la que Disney no ha escatimado.
Emma Watson, quien colabora por primera vez con la creadora de Mickey Mouse en el papel de Bella -y por el que rechazó actuar en La La Land-, mantiene el carácter y el pasión por los libros que recordamos de la cinta de animación original. Sin embargo, en esta ocasión dejan crecer al personaje de la joven, que también es inventora e intenta defender el valor de la educación en su recóndita aldea. Dan Stevens interpreta a una impresionante bestia a la que enriquecen de igual forma en esta versión. Por supuesto, no podían ser menos los personajes que conforman parte importante de la misma y que, dada la relevancia que Disney sabe que poseen, han sido asignados a actores y actrices tales como Emma Thompson -señora Potts-, Ewan McGregor -Lumière-, Ian McKellen -Ding Dong-, Luke Evans -Gaston- o Kevin Kline, como el padre de Bella.
La Bella y la Bestia ha sabido respetar muchos de los detalles del film original, aunque incorpora nuevas tramas que evitan que el conocido largometraje resulte completamente previsible. En este sentido, se indaga acerca del pasado de la Bestia, ahondando en aquello que moldeó el soberbio carácter del príncipe y por el que terminó siendo hechizado. Lo mismo ocurre con Bella, ya que en esta ocasión el misterio alrededor de la madre de la joven, nunca mencionado en 1991, será resuelto.
En un primer momento, la Compañía Disney no estaba segura de conservar la película como musical, por lo que es de agradecer que Bill Condon mantuviese el juicio y argumentase que las canciones de Alan Menken eran más que vitales: «Con todos mis respetos, creo que estáis locos. Las canciones son demasiado buenas. ¿Vais a invertir todo este tiempo en hacer una impresionante versión de La Bella y la Bestia y no vais a incluir Qué festín?». Así como la Bestia salvó a Bella de los lobos, Condon acudió al auxilio de los fans más acérrimos de este cuento.
Precisamente, son las canciones de esta banda sonora las que han generado la polémica por su doblaje. Michelle Jenner es la encargada de poner voz a la Princesa Disney, mientras que Bely Basarte dobla a Watson en el aspecto musical que, lamentablemente, no concuerda con el de la actriz inglesa. A favor del doblaje encontramos que se ha respetado la letra de la anterior película sin alterarla, lo que nos permite cantar a coro con la señora Potts mientras la pareja baila en el gran salón del castillo encantado. No obstante, la película pide a gritos ser vista en su versión original para así poder apreciar los esfuerzos de los actores por afinar sus cuerdas vocales, como es el caso Emma Watson en Something There, Ewan McGregor en Be Our Guest o Emma Thompson en Beauty and the Beast.
En comparación con la versión de Cenicienta, dirigida por Kenneth Branagh e interpretada por Lily James y Cate Blanchet, La Bella y la Bestia se construye como una reproducción fiel de la historia que todos conocemos con alguna nueva incorporación musical y de guion. La magia del hechizo encerrado en los pétalos de una rosa se mantiene en esta película en la que, aún así, resulta inevitable compararla con el cuento que todos conocemos.
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