Los pasados 27 y 28 de noviembre la compañía alemana Dresden Frankfurt Dance Company, liderada desde septiembre por el coreógrafo Jacopo Godani, triunfó en la Sala Roja de los Teatros del Canal en Madrid. Esta producción, que se enmarca dentro del XXX Festival Madrid en Danza, no dejó absolutamente a nadie indiferente. Tal es así, que el público se entregó prácticamente desde el minuto uno, y no se comidió a la hora de los aplausos y vítores al acabar la función.
The Primate Trilogy en sí no es una propuesta original, pero sí muy efectiva. Se trata de una sucesión de solos, dúos y, por supuesto piezas corales, mediante los cuales Godani nos trata de explicar cómo ha evolucionado la danza clásica durante los últimos años. El viaje desde un clasicismo más propio del siglo XIX, hasta lo que es la danza neoclásica actual, con coreógrafos como William Forsythe, con el que trabajó durante años, o Jiří Kylián a la cabeza. Y es que en esta pieza se ve una clara influencia de Forsythe y del británico Wayne McGregor.
Además, también podemos entenderla como una exploración del movimiento y del proceso de creación de Godani, para el que es evidente que la base clásica juega un papel crucial, aunque luego sea “deconstruida”. Aunque aparentemente los bailarines parezcan moverse con desdén hacia la técnica clásica, es todo lo contrario. En algunos momentos del segundo y tercer movimiento de la pieza, además de verse unas piernas y brazos en quinta perfectos, los bailarines cuentan en voz alta los tiempos en los que se suelen basar las coreografías tradicionales. Una clara alusión también al proceso de coreografiar.
Dejando de lado el concepto de la pieza, The Primate Trilogy es, en resumen, 75 minutos de puro baile, donde la luz, y el espacio juegan un papel crucial. Godani hace un uso realmente espectacular del espacio escénico y de la iluminación, mostrándonos escenas muy cinematográficas y jugando con la tensión que provoca un escenario apagado y una música desconcertante de fondo. Una música que también recuerda a la empleada por Forsythe a finales de los 80 y principios de los 90, donde también hay vacío, pero un vacío que nunca llega a existir en el escenario.
No hay escenografía y el vestuario es exactamente el mismo para los hombres y las mujeres, jugando así también con la ambigüedad entre los bailarines. Unas mallas prácticamente transparentes, que recuerdan también a las utilizadas por Forsythe en In the Middle Somewhat Elevated o en Herman Schmerman. El efecto del vestuario era espectacular, sobre todo bajo las luces del escenario. Unos maillots que destacaban, más si cabe, el sinuoso y enérgico movimiento de los torsos de los bailarines, con un estilo más propio de McGregor.
Una sensación de libertad invade al espectador al ver a esos bailarines sobre el escenario. Donde las transiciones entre los pasajes surgen de la decisión de alguien que se atreve a dejar de seguir a la masa, para dejarse llevar. Un libre albedrío eso sí, muy lejos de la aparente improvisación. Una libertad que se enmarca dentro de ocho tiempos [el tipo de compás más extendido en el mundo de la danza], y en la que salirse de ellos puede implicar echar a perder absolutamente toda la pieza.
En resumen, es posible que con The Primate Trilogy Jacopo Godani no haya ofrecido nada nuevo y original al público madrileño, pero lo que sí es, es un elaborado homenaje a William Forsythe. Donde todos los aspectos tanto coreográficos como técnicos, son necesarios, tenidos en cuenta y tremendamente cuidados, y cuyo fruto es una pieza realmente buena, impactante e incluso eléctrica. The Primate Trilogy es un llamamiento a la libertad, a salirse del redil, pero siempre a través, y gracias a la técnica clásica.
