Take Shelter y los miedos del hombre

Truenos, rayos, una extraña lluvia del color marrón y pájaros volando en bandada…los indicios de que una asoladora tormenta está a punto de desatarse invaden, en forma de pesadillas, la cabeza de Curtis (Michael Shannon). Pero, ¿qué hay de verdad en estos malos sueños? ¿Son el vaticinio de una terrible catástrofe natural  o no son más que los primeros síntomas de que algo falla en su cabeza?. Jugando siempre con esta ambigüedad el director Jeff Nichols plantea en Take Shelter (2011) una reflexión sobre el instinto de protección llevado al extremo y sobre la ansiedad que provoca la idea de perder aquello que más se quiere en la vida.

El espectador acompaña en su angustia al protagonista -un modesto trabajador de una explotación minera de un pueblo de Ohio-  dentro de estas nocturnas visiones apocalípticas que van, poco a poco, en aumento. Afectado por el realismo de las mismas y atormentado por lo que les pueda suceder a su mujer y a su hija, empieza a construir un refugio en la parte trasera de su casa como si el fin de los días estuviese a punto de llegar.

A través de la brillante interpretación de Michael Shannon, nominado al Oscar como actor de reparto por Revolutionary Road en el 2009, asistimos al enrarecimiento de la conducta de Curtis hasta el punto de que todos, incluido el  mismo, empiezan a dudar de su cordura.

Al lado de Shannon aparece una actriz muy solicitada últimamente, Jessica Chastain, que, al igual que hiciera en El árbol de la vida (2011) de Terrence Malick, vuelve a bordar aquí el papel de madre y esposa fiel. Su personaje, Samantha, se mantiene al lado de su marido en todo momento pese a lo difícil de la situación.

Después de la sorpresa que supuso su primer film, Shoutgun Stories (2007), Nichols esconde, bajo esta aparente cinta de catástrofes naturales un relato intimista que gira alrededor de la obsesión que tiene la sociedad actual con la sobreprotección. Una sociedad con individuos siempre temerosos de un futuro incierto, de un peligro acechante, muchas veces autocreado.

El mensaje de la película queda claro, poco podremos refugiarnos y salvarnos si no podemos protegernos de nosotros mismos, víctimas como somos de nuestros miedos. Como bien recoge este proverbio chino: «El que teme sufrir ya sufre el temor».

                                                          

Deja una respuesta

Your email address will not be published.