SON RUIDOSAS Y RETRO: VIVIAN GIRLS EN LA SALA SOL

Vivian Girls, Heineken Music Selector

El ciclo Heineken Music Selector nos permitió disfrutar de una velada de noise pop en la mítica Sala Sol el pasado 29 de marzo: Vivian Girls llegaron dulces pero fuertes, ruidosas pero comedidas, con melodías pop pero desgarradoras. Las chicas de Brooklyn presentaron algunas novedades de su próximo trabajo Share The Joy, que publicarán el 12 de abril. Pero antes, para abrir boca, The Last Dandies se dieron a conocer en la capital y quizás, se nos metieron en la cabeza para no salir.

Desde Palma de Mallorca, The Last Dandies defendieron su EP homónimo en un directo limpio y sobre todo enérgico de un indie rock por momentos oscuro y distorsionado, por momentos más electrónico y contundente. No son excepcionalmente innovadores en lo que hacen pero sí son eficaces en la ejecución y en la puesta de escena; pueden presumir de melodías y construcciones más elaboradas que las que solemos escuchar en cualquier grupo que se declare como “indie rock”. He ahí lo que les permite crecerse en el escenario, como lo hicieron esa noche en la Sala Sol, provocando que su EP ganase en profundidad y en calidad.

Así empezaron con ‘Devil’s House’, más apaciguados en un inicio para ir in crescendo con la pegadiza ‘Liar’ hasta ‘It’s you’, que suena épica y plena en directo, llenando todo eThe Last Dandies, Sala Sol (Cortesía de HeinekenPro)l escenario con una batería que funciona como colchón de sonidos melancólicos y de la taciturna voz de Toni Cobretti. Tras algunos temas nuevos, llegó el single Ha ha ha, que en directo gana, sin duda, ante una grabación que no le hace justicia con respecto a lo que sonó en la Sala Sol. The Last Dandies supieron cómo hacerse con el escenario y con la atención del público antes de la llegada de las neoyorkinas.

Vivian Girls se arrancaron sin presentaciones, aunque pudimos darnos cuenta del cambio en la batería que esa noche, y parece ser que a partir de ahora, fue una impecable e hierática Fiona Campbell. ‘Never see me again’ fue la elegida para abrir el repertorio de manera tajante, con un par de acordes de guitarra antes de escuchar la desgarbada y por momentos dejada voz de Cassie Ramone. Tras varios temas y algunos aviones de papel del público declarando su amor por las tres artistas de Brooklyn, sonó ‘Wild Eyes’, con la cara más lo-fi dando esa sensación de suciedad y desorden, de ensayos en el garaje de la típica casa americana que son Vivian Girls.

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Pero como contraste, sonó la nueva ‘I Heard you say’, single del disco que está por venir, mucho más apaciguado, sesentero incluso y mucho más limpio que a lo que nos tienen acostumbrados. Con un empaste de voces trabajado y nítido, a diferencia de la nube de sonoridades típicas de este punk garajero de las Vivian Girls, ‘I heard you say’ adelanta el sonido más trabajado que encontraremos en Share the joy, que anunciaron como menos lo-fi en la producción. ‘Sixteen Ways’, oscura y con un toque stoner pero menos caótica y ‘Take it as it comes’ son más ejemplos de este sonido depurado; en esta última se intercala una breve conversación entre Kickball Katy (la bajista pelirroja) y Ramone, al más puro estilo novelesco.

Kickball Katy, Vivian Girls (Cortesía de HeinekenPro)Tras varios cortes que no podían faltar en el setlist como la desesperanzada y repetitiva ‘When I’m Gone’ o la pizpireta y girlie ‘Second Date’, acabaron animando al público con ‘Dance if you wanna’, otro regalo de lo que será el nuevo disco, de ritmo rápido, tono optimista (para variar en estas chicas) y que, efectivamente, animaba a bailar para despedirlas. Aún así, no fue la última, sino que volvieron a sus orígenes más sucios para decir adiós a Madrid esa noche: ‘Tell the world’, un auténtico grito de guerra, o más bien de amor, con ese «I’ll tell the world, About the love that I found» con el que las despedimos.

Más coquetas y transparentes, así es como suena lo nuevo en directo de las Vivian, pero no pueden evitar demostrar que siguen siendo las mismas con su actitud shoegazer en las tablas y el caos ordenado de unos ritmos desairados. Eso sí, tal y como suena lo nuevo, debería volver a plantearse esos peinados elevados tan de la década de los sesenta que solían llevar en su primera etapa, porque está claro que vuelven con su vena más retropop.

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