SECUESTRADOS, TERROR EN ESTADO PURO

Me sorprendió muchísimo que una película como Secuestrados, que estaba dando tanto que hablar, que estaba recibiendo tan buenas críticas y que fue definida como “la película más bestia del Festival de Sitges” no llegase a ningún cine del centro de Madrid en el fin de semana de su estreno. Pero, después de verla en una sala prácticamente vacía de otro cine de las afueras, concretamente en Dreams Palacio de Hielo, ya he entiendo por qué. Y es que no es normal que las salas más comerciales apuesten por películas de terror tan radicales que, como en este caso, rozan incluso el gore. Esta, para más inri es, además, española, y no es ningún secreto que muchas veces tendemos a despreciar lo nuestro, pero no nos importa tragarnos todo lo que viene de fuera.

Miguel Ángel Vivas es el director de esta película salvaje y agresiva que trata sobre un tema quizás no demasiado original ni rompedor, el asalto a casas de lujo. Jaime, Marta y su hija adolescente Isa son una familia bien que acaban de mudarse a un exclusivo chalet situado en un barrio pijo de las afueras de la ciudad. En su primera noche allí, lo que iba a ser una pequeña cena de bienvenida se convierte en una pesadilla para la familia cuando son asaltados por tres hombres encapuchados.

Y es aquí cuando la historia entra en un espiral de violencia, terror, mucha sangre y numerosas escenas desagradables que mantienen al espectador en tensión durante la casi hora y media que dura la cinta. Es imposible no sufrir verdadero pánico viendo las situaciones límite a las que son sometidos los distintos miembros de la familia, interpretados por Fernando Cayo (El Orfanato, 14 de abril. La República), a quién lo toca salir de casa en busca de dinero acompañado por uno de los criminales, mientras que los otros dos retienen a su mujer y a su hija en casa (tremenda la tensión de la escena en que intenta pedir ayuda a una mujer en el cajero automático); Ana Wagener (Biutiful, La Señora); y por una maravillosa Manuela Vellés (Caótica Ana, Camino), muerta de miedo y destrozada por no poder defenderse de los atracadores.

Mención especial merece también la banda de ladrones, entre los que se encuentra un muy creíble Guillermo Barrientos, que pasa aquí de ser el buenazo de Iñigo Pardo en Hay alguien ahí a un hijo de puta de cuidado. Estos malos se diferencian, por ejemplo, de los de otra película similar como Funny Games de Michael Haneke. Mientras que en aquella eran unos enfermos mentales que disfrutaban haciendo sufrir a familias inocentes sin ningún motivo o intención más allá de divertirse; aquí tienen un objetivo muy claro: robar en casas de ricos y llevarse tanto dinero como sea posible, y da igual tener que hacer lo que sea con tal de conseguirlo.

Secuestrados es, por lo tanto, una notable película que, sin duda, hará las delicias de los fanáticos del cine de terror y que, pese a tratar un tema algo manido, se engrandece gracias a sus estupendas interpretaciones y a la original manera en que está rodada, en una docena aproximada de planos secuencias, que transmite al espectador en tiempo real el sufrimiento de la familia atracada.

{youtube}5ORrcC7LsM0{/youtube}

Deja una respuesta

Your email address will not be published.