SE LLAMA FUERTEVENTURA Y ES LO NUEVO DE RUSSIAN RED

Portada del disco

Ha sido considerada por muchos como una vendida capaz de renunciar a su personalidad por un talón en blanco, pero su esperado regreso de la mano de Sony quita la razón a los que la acusaban de ambiciosa. Vuelve con su segundo disco de estudio y con él deja atrás todas las elucubraciones sobre su futuro. Tras su vuelta, nos demuestra que no sólo sigue siendo la que era sino que al calor de una gran compañía se puede evolucionar a mejor sin perder la esencia primigenia.

I love your glasses, su primer trabajo, le dio más que una alegría y fue la gallina de los huevos de oro para su discográfica, el pequeño sello Eureka. Apostaron por la magia de Russian Red y la voz de Lourdes Hernández se colocó con apenas 20 años a la cabeza del nuevo folk de cantautor. Seductor, frágil e inocente, su inconfundible estilo consiguió atrapar a un inesperado grupo de numerosos seguidores a los que les movía tanto su independencia como su encanto alternativo.

Pero el cuento terminó mal, muy mal. Lourdes se sintió estafada por las nuevas condiciones de su compañía, que convertían en inviaLourdes Hernández, la voz de Russian Redble cualquier escisión de su contrato y de este modo continuaba, irremediablemente, atada a ella. Hasta que, en el momento más tenso de la historia, apareció la omnipotente Sony, compró su libertad y le dio la oportunidad de materializar su segundo álbum de estudio.

Una vez conseguido el tan ansiado final feliz y aparcadas las malas vibraciones, reaparece con el indie más auténtico y con sonidos muy parecidos que los que dieron vida a ‘No past Land’, ‘Cigarettes’ o ‘Take me home’. Porque Fuerteventura reafirma su personalidad y demuestra una coherente evolución en su forma de entender la música. Para muestra, su primer single: ‘I hate you but I love you’. Melancólico, real y onírico a un tiempo, el vÍdeo ha sido dirigido por Darío Peña, responsable también de los videoclips de Christina Rosenvinge o grupos como Marlango. En otros temas como ‘The sun the trees’, ‘Braver soldier’ o ‘The memory is cruel’, tampoco se pierde su voz aniñada y la desnudez que se percibe en el sentimiento con el que canta. Lo entrega todo, como antes, como siempre.

Han pasado tres años y su incipiente madurez se intuye entre los once temas de esta nueva aventura. Menos arriesgada, sí, pero con muchas más posibilidades de convertirse en el principio de una larga discografía llena de clasicismo, acordes pausados y mucho, mucho, estilo Russian.

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