Premios Goya 2017: Mejor actor de reparto

José Mota, en 'Abracadabra'.
José Mota, en 'Abracadabra'.

El cine es una misión compartida, un trabajo en equipo de principio a fin. Desde la dirección, el montaje o la fotografía, hasta la interpretación. Es difícil encontrar una película que se sostenga con una sola actuación. En Buried, largometraje dirigido en 2010 por Rodrigo Cortés, el actor Ryan Reynolds es el protagonista de toda la escena, enterrado en una caja, durante la hora y media que dura el film. Y, a pesar de todo, no está solo, lo acompaña una voz anónima saliente de un teléfono móvil.

Todo Don Quijote tiene su Sancho Panza. Qué sería de Rafa sin Koldo, en Ocho apellidos vascos, por el que Karra Elejalde se llevó a casa su segundo premio Goya a mejor actor de reparto hace tres ediciones. Un año después, lo sucedió Javier Cámara por acompañar al argentino Ricardo Darín en el drama Truman. El último en alzarse con dicho ‘cabezón’ fue Manolo Solo por esos ‘cinco’ minutos inolvidables como Santi ‘el Triana’ en Tarde para la ira, ópera prima de Raúl Arévalo. Grandes nombres del cine español han bailado entre esta categoría, la de mejor actor secundario, y la de protagonista, como son los casos de Javier Bardem o Luis Tosar.

José Mota: Abracadabra

José Mota, en 'Abracadabra'.
José Mota, en ‘Abracadabra’.

José Mota cosecha su segunda candidatura a un premio Goya por Pepe en Abracadabra, una película loca y macabra, con personajes cutres y creencias arraigadas que representan la España más profunda. La primera vez estuvo nominado a mejor actor revelación por su estreno en La chispa de la vida, de Álex de la Iglesia. El galardón, ese año, finalmente, se lo llevaría Joan Cornet. Lo cierto es que, en esta ocasión, el individuo que personifica, evidentemente, con mayor madurez interpretativa que antaño, en la película de Pablo Berger, le viene a la perfección. Parece un personaje sacado de uno de sus conocidos scketches de humor, cómico y excéntrico. No desentona acompañando a los portentos Antonio de la Torre y Maribel Verdú, que entre los dos, acumulan 22 nominaciones. Mota no es que no lo haya hecho bien, todo lo contrario, pero compite con gigantes de hierro.

Antonio de la Torre: El autor

Antonio de la Torre, en 'El autor'.
Antonio de la Torre, en ‘El autor’.

Precisamente, Antonio de la Torre está nominado en esta sección por su trabajo en El autor, además de a mejor actor protagonista, también por Abracadabra. Ha hecho doblete como en 2012 y 2013. Desde su eclosión en el mundillo, es raro el año en que De la Torre no sea candidato a uno de los premios que reparte la Academia del cine español. Con estas dos, lleva ya 11 aspiraciones, y, de las nueve resoluciones, solamente se ha hecho con una, la primera, en 2006. Una vez más, en la película de Manuel Martín Cuenca, da vida a un sujeto al que nos tiene acostumbrados, un personaje trastornado, porque ya van unos cuantos. Su aparición en pantalla es bastante minúscula, pero su influencia en el devenir de la trama es superior. En la retina, queda el sermón que este profesor de literatura y escritor frustrado da a Javier Gutiérrez, con el que comparte reparto, en una de sus clases. La aparición del malagueño en una película es sinónimo de calidad, a pesar de que últimamente reproduzca siempre a hombres perturbados.

David Verdaguer: Verano 1993

David Verdaguer, en 'Verano 1993'.
David Verdaguer, en ‘Verano 1993’.

David Verdaguer, con una carrera más extensa en teatro, por su parte, es el pretendiente con menos posibilidades, el menos favorito de los cuatro. Su personaje en la emotiva Verano 1993, de Carla Simón, tiene menos peso narrativo, es un secundario más secundario que el resto. Puede sorprender que los premios se hayan olvidado de su participación en Tierra firme, y, en general, de la coproducción hispano-inglesa dirigida por Carlos Marqués-Marcet, con quien debutó en el cine y estuvo nominado a mejor actor protagonista en 2015 por 10.000 KM, pues no ha obtenido ningún nombramiento, en donde la intervención del actor catalán tiene mucha más personalidad y presencia delante de las cámaras. En principio, Verdaguer tendrá que esperar a una tercera ocasión para logar el ansiado Goya.

Bill Nighy: La librería

Bill Nighy, en 'La librería'.
Bill Nighy, en ‘La librería’.

Por último, la de Bill Nighy en La librería es la actuación más sobria, elegante y caballeresca. Esta institución del cine en Reino Unido, que ha participado en películas como Una cuestión de tiempo, El jardinero fiel o Love actually y en sagas como Harry Potter o Piratas del Caribe, es la primera vez que contribuye con una producción española, y resulta perfecto para la atmósfera que crea Isabel Coixet. Para Nighy ser candidato podría ser el premio, al igual que su compañera Emily Mortimer, pues como suele pasar en los Goya, rara vez algún actor no hispano ha sido capaz de colocar el premio en su vitrina, aunque esta es una de las categorías más abiertas del curso.

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