¿Por qué no termina de convencer la tercera temporada de ‘Riverdale’ ?

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Riverdale es una ficción que nació en enero de 2017 en el canal CW (en España se puede ver a través de Movistar) y supuso un cambio en lo que a series protagonizadas por adolescentes se refiere. En este caso, se trataba al espectador como a un ser inteligente y exigente, que merece complejidad en la construcción de una historia. Además, si a todo esto le añades testosterona, chicos musculosos e historias de romances y traiciones, todavía funciona mucho mejor.

La primera temporada se centró en la desaparición del hermano de Cheryl, una de las protagonistas de la serie y de las más queridas por el público, mientras que en la segunda bebió algo más del género slasher para presentar la historia del asesino Capucha Negra, que alteró la vida de los habitantes de Riverdale.

En esta tercera temporada, que ya está entrando en su recta final, aún no ha pasado nada verdaderamente interesante. La trama del año pasado tenía mucho más misterio, desde el primer episodio ya había muertes y cabos sueltos, mientras que esta vez se está enfocando demasiado en las consecuencias de lo que ocurrió en la temporada anterior, haciendo mucha referencia al pasado (uno de los capítulos se centra en los padres de los protagonistas cuando eran jóvenes) y sin incluir tramas nuevas, más allá de dar cada vez más peso en la historia a la banda de Los Serpientes, algo que tampoco tiene demasiado interés.

Esta temporada, la ficción del canal The CW es más sobrenatural que nunca. La conocida serie juvenil concentra todo el peso de los nuevos episodios en el misterio del Rey Gárgola y la distribución de drogas en la ciudad, algo que roza lo repetitivo y formulario. No se le puede echar en cara a Riverdale que no se tire a la piscina, pero su problema es que cada vez son más descabellados sus misterios y están dejando de sorprender.

Riverdale intenta cambiar de temática cada temporada y se agradece, pero al final todo acaba por resolverse de la misma manera. Mientras que la primera era una serie de misterio con un asesinato y la segunda temporada mezcló el terror con un drama criminal, la tercera profundiza en la investigación y en lo sobrenatural.

Otro de sus principales problemas es que sus temporadas son demasiado largas. La primera solo tenía trece episodios, pero en la segunda se extendió hasta los veintidós, algo que también va a ocurrir en la tercera y que es un error, ya que llega un momento en el que la historia se estira tanto que pierde su lógica argumental. Esa brevedad y concisión con la que nos conquistó en su primera temporada se ha esfumado, y seguramente va a ser muy difícil de recuperar.

Riverdale ha sufrido la conocida ‘maldición de las series’, ya que sus dos primeras temporadas eran magníficas, pero en esta tercera ha patinado. Las historias de amor entre los protagonistas empiezan a cansar al ser siempre lo mismo y la trama encabezada por la familia Lodge no ha variado prácticamente en nada, cuando es un argumento que tiene mucho que explotar. Este año, Archie está muy desaprovechado y el haberse pasado los primeros episodios encerrado en la cárcel no ha ayudado a su evolución en nada. La única que sigue brillante es Cheryl Blossom (a quien da vida Madelaine Petsch), ese personaje que con sus intervenciones es capaz de salvar un episodio entero. La tercera temporada finalizará en mayo, así que queda poco para comprobar si los guionistas tienen preparada una impactante sorpresa para que no nos despeguemos del sofá, así como un digno final para Luke Perry, quien falleció el pasado mes de marzo e interpretaba al padre de Archie.

Jorge Caracuel Suero

Periodista. Nacido en Marbella. Graduado en Periodismo por la Universidad de Málaga. Actualmente resido en Madrid cursando un Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo. Amante de la cultura y, sobre todo del cine. Escribir críticas de películas es mi pasión.

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