El último tango de Pérez-Reverte

A veces, nos quedamos sin decir “otra vez más de lo mismo”. Y es verdad, porque hay ocasiones en las que buscando lo de siempre se encuentra algo nuevo. Esto es lo que sentirán los lectores de Arturo Pérez-Reverte ante su última obra, El tango de la Guardia Vieja (en librerías desde el 21 de noviembre), donde se cruzan aventuras e historia con un tema central: el amor a través de los años. 

Portada del último libro de Pérez-Reverte

Tanto es así, que el autor comenzó a escribir esta historia hace 20 años y hasta hoy no la ha terminado. La madurez y la experiencia son básicas para retratar a la pareja de protagonistas que nos acompañan en esta novela desde un crucero rumbo a Argentina hasta el Sorrento italiano. Los años, las arrugas y el conocimiento, han permitido al escritor de La piel del tambor elaborar esta novela con toques sorprendentemente sexuales. No obstante, una forma elegante y detallada de tratar su temática, sin perder el objetivo de la propia obra, lo alejan bastante de otras más comerciales como Las 50 Sombras de Grey

En El tango de la Guardia Vieja, encontramos a Max, un bailarín profesional, un truhán que vive de las mujeres, y a Mecha, una mujer casada de la alta sociedad. Ambos personajes mantendrán una historia de amor durante tres momentos cruciales de la historia: Los años veinte (con la muerte de la belle-epoque), los años treinta (con una Guerra Civil española de fondo y una guerra mundial en camino) y los sesenta (con los hippies y Los Beatles). 

Una delicia para los sentidos por sus detalladas descripciones tanto en moda como en modales, hoy en día perdidos, y una oda a ese tipo de mujer inteligente y hermosa, que sabe envejecer con dignidad. Toda una sorpresa por parte de Pérez-Reverte, que abandona por un momento las espadas, para contarnos una historia cruda sobre el conocimiento personal a través del amor. 

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