Ya llevamos varios meses de 2019 y se han estrenado películas que, pese a que no tenían pinta de revolucionar la industria del cine, sí que esperábamos mucho más de ellas. Hoy os hablamos de los que consideramos que son las cinco grandes decepciones del año.
Jefa por accidente
Peter Segal no se caracteriza precisamente por dirigir buenos films. Ejemplo de ello es La gran revancha y Superagente 86 de película. Sin embargo, con Jefa por accidente había una pequeña esperanza. ¿Y si la presencia de Jennifer López le daba un toque de frescura? Desgraciadamente, esto no fue así, y el largometraje termina siendo un cuento de una impostura afortunada donde las demostraciones de afecto edulcoran aún más un producto que se distingue por cambiar el nudo sentimental.
Glass (Cristal)
Night Shyamalan parecía estar pasando por una buena racha. Después de unos trabajos nefastos, con La visita y Múltiple parecía estar retomando su carrera. Con Glass (Cristal), secuela de Múltiple y El protegido, todo pintaba bastante bien, pero, al final resultó ser un verdadero desastre. Una película muy pausada donde ni la brillante actuación de James McAvoy logra salvar una función que se agota enseguida. Sus ansias de complejidad acaban por pasarle factura y hacen de él un producto pobre, tirando a mediocre.
The Prodigy
Esta película comenzó vendiéndose como una de las cintas más aterradoras de los últimos tiempos. De hecho, en pases previos que hicieron, al público le dio tanto miedo que tuvieron que volver a montarla. No sabemos si en el nuevo proceso de montaje se pasaron con la tijera o qué sucedió realmente, pero lo cierto es que The Prodigy no provoca ningún susto. En esta cinta de ‘terror’, una madre preocupada por el comportamiento perturbador de su hijo está convencida de que algo sobrenatural está transformando la vida del pequeño y de quienes lo rodean, poniéndolos en peligro. No es precisamente un largometraje prodigioso. Su mayor pecado es que tiene una estructura de telefilm y que no es nada original, además de ser incapaz de llamar nuestra atención, lo que garantiza que el espectador se aburra pronto de ella. Deja entrever tan pronto el secreto que esconde y ofrece tan pocos giros de guion que pierde rápidamente la fuerza y agota su material en un abrir y cerrar de ojos.
Bajo el mismo techo
¿Qué podía salir mal en una comedia protagonizada por Jordi Sánchez y la carismática Silvia Abril? Pues, sin un buen guion, todo se puede ir al traste. La cinta se centra en la crisis económica de 2008 y cuenta la historia de dos miembros de un matrimonio que, tras divorciarse, tendrán que seguir viviendo bajo el mismo techo al no encontrar comprador de su casa de casados y no tener ninguno de ellos dinero suficiente para vivir en otro sitio. El resultado es una obra a la que le falta fluidez y chispa y en la que los chistes no se encuentran a la altura de las circunstancias.
Holmes & Watson
Estar meditando durante gran parte de la proyección si abandonar o no la sala. Esto ocurre con Holmes & Watson, dirigida por Etan Cohen y que pretende ser una visión humorística de los personajes de Sherlock Holmes y Doctor Watson, creados por Arthur Conan Doyle. Puede que sea entretenida, pero la ejecución de la pareja es tan mala que estropea la broma. Una comedia en la que se echan en falta más risas y en la que sobran bromas trilladas, gags sin gusto y un humor estridente y anticuado. Will Ferrell y John C. Reilly no hacen buen dúo esta vez en una obra donde el director se pensó que solo con la presencia de estos intérpretes ya tenía todo el metraje solucionado.
