Ya se ha dado el pistoletazo de salida. Entre hoteles, naves, palacios y escuelas, el mercado del arte contemporáneo se convertirá, hasta el próximo 28 de febrero, en uno de los protagonistas de Madrid.
Junto a una gran variedad de apuestas, que hacen reflexionar sobre la situación del sector en nuestro país, también pueden encontrarse alternativas que rompen con cualquier esquema establecido.
Es el caso de la galería 6más1; joven, comprometida y emocional. Entre Chueca y Recoletos, se desmarca ante el resto del panorama con el desarrollo del proyecto Otra puta feria más (23.2.16 /19.3.16), el cual, según su director, Julio Falagán, con quien Cultura Joven ha hablado, “no es una crítica incendiaria en contra del mercado del Arte Contemporáneo en España. Es una revisión, reírnos de nosotros mismos, para ver si de esa manera somos conscientes y cambiamos un poco las cosas”.
Y es que, no puede negarse que en la actualidad se concibe al coleccionista como un individuo rico y perteneciente a la élite. Pero si de por sí esta barrera ya parece infranqueable, hay que sumar el más que generalizado prototipo de que el arte contemporáneo no es para todos. Al respecto cabría aclarar que el arte, como cualquier otra disciplina en el mundo, tiene diversos niveles de desarrollo.
De igual forma, corresponde marcar las carencias del sistema educativo español en referencia a la comprensión y sensibilidad de ciertos aspectos estéticos. Pues el arte no consiste simplemente en complacer, al antojo de todos los gustos. La obra puede hacer reflexionar, producir sensaciones, negativas o positivas, sin necesidad de una teoría, únicamente despertando algo en las personas.
Así, Otra puta feria más, pensando en el público, queriendo que “se lleve algo”, ha basado la selección de los setenta y cuatro artistas participantes en la calidad y no el nombre. Por ello, las obras presentadas bajo la temática del mercado, la feria y la especulación en el mundo del arte, mantienen, cada una de ellas, un único precio de 300€. Pero no contentos con esto, y para reivindicar aún más la variedad de posibilidades en la adquisición del arte contemporáneo, cualquiera de sus visitantes puede realizar una copia seriada del original por tan solo 0,50€.
De esta forma se “rompe la intocabilidad de lo magno, de tener una obra colgada en una pared iluminada. Te conviertes en coleccionista por 0,50€, ya que es algo que le pertenece a todo el mundo”.
“Les puse unas normas muy claras, si te sales de ahí estás fuera. Pero si encuentras algún resquicio dentro de estas normas que puedas esquivar y me pilles, encantado”. Con positivas limitaciones, la libertad queda reforzada como uno de los grandes conceptos de la feria. Así, sin ningún tipo de favoritismos entre artistas de renombre, con alto valor en el mercado y, los menos conocidos, resalta el concepto de la democratización del arte. Una democratización en la que todo el mundo tiene las mismas posibilidades a la hora de adquirir obras.
Por otra parte, Otra puta feria más ha querido reivindicar también la cercanía de los artistas españoles, quienes no viven a otro nivel. Muestra de ello ha sido el alto nivel de implicación en el proyecto, pues sin necesidad de crear obra específica para el mismo, la gran mayoría ha decidido partir desde cero, volcándose en un trabajo donde lo de menos son los beneficios económicos.
Así, Julio Falagán confiesa, sonriente, quitarse el sombrero ante la calidad y generosidad de “¡unos artistas de puta madre!”. “Es pura generosidad, prácticamente están regalando su trabajo como una crítica”.
El humor y la confianza se convierten también en otro de los requisitos de Otra puta feria más, pues al fin y al cabo se trata de un juego en el que “solo estás si quieres jugar”.
Precisamente por ese aspecto lúdico, la actividad se convierte en una constante dentro de 6más1. Las setenta y cuatro piezas expuestas forman un recorrido donde, además de calidad e ironía, se plasma la profundidad del asunto con tal cercanía que hasta la persona más ajena al sector, captará la realidad en la que se ven envueltos los artistas, dentro del mercado del arte.
Pero, como en todo juego, aún falta el punto fuerte, lo elemental: el «premio».
Con la recompensa asoma otro carácter en la feria; como si de un colectivo se tratase, lo recaudado en las copias seriadas será destinado, íntegramente, a la compra de boletos de la Lotería Nacional, con el sentido de ayudarse mutuamente. De igual forma este tema supone toda una crítica a la profesionalización del arte: “En España es muy difícil, tienes que tener mucha suerte. Por la vía normal no es fácil, ¡pues vamos a hacerlo por la vía de la lotería, vamos a ganar dinero y a poder ser artistas! Dejarlo en la suerte de la lotería, no del mercado”.
Como una oportunidad para ver más de cerca la situación comercial del arte contemporáneo, Otra puta feria más es una clara muestra de que el arte contemporáneo es de y para todos.
Artistas:
Abdul Vas, Alejandra Freymann, Andrés Pachón, Andrés Senra, Antonio Franco, Avelino Sala, Basurama, Beatriz Lobo, Beatriz Sánchez, Belén Rodríguez, César Escudero, Chéfer, Cless, Cristina de Middel, Daniel Cerrejón, Daniel Silvo, Diana Larrea, Dos Jotas, Eugenio Ampudia, Eugenio Merino, Fernando Bayona, Florencia Rojas, FOD, Gonalo Rueda, Guillermo Peñalver, Iñaki Domingo, José Antonio Reyes, José Jurado, José Luis López Moral, Juan Carlos Martínez, Juan Francisco Casas, Juan Gil Segovia, Juan Zamora, Julia Llerena, Julián Cruz, Julio Adán, Julio Galeote, Julio Sarramián, Kurt Lackner, Laramascoto, Laura López Balza, Left Hand Rotation, Luis Cruz, Luis Pérez Calvo, Luján Marcos, María Platero, Miguel Ángel Tornero, Miguel Cuba, Miki Leal, Myriam Mechita, Nicolás Milhé, Nuria Güell, Olalla Gómez, Óscar Lanza, Óscar Seco, Patricia Mateo, Patricia Sandonís, Raisa Maudit, Rubenimichi, Rubén B, Ruth Gómez, Saelia Aparicio, Santiago Giralda, Santiago Lara, Santiago Morilla, Santiago Talavera, Santiago Ydáñez, Sara Landeta, Sonia Navarro, Sr. García, Tamara Arroyo, Ugo Martínez Lazaro, Vítor Mizael y Yann Leto.
