Nuevas perspectivas para el Museo Lázaro Galdiano

En la calle Serrano 122 está situado uno de los grandes museos de Madrid, el Museo Lázaro Galdiano, que en los últimos años se ha caracterizado por su eclecticismo; a pesar de pasar inadvertido en muchas guías turísticas, no solo reúne obras de distintos maestros de la Historia del Arte sino que también promueve las exposiciones de artistas contemporáneos.

 

 

 El Museo Lázaro Galdiano tal vez pase desapercibido para la mayoría de los turistas que paseen por la céntrica y comercial calle de Serrano en busca de artículos de lujo. La Fundación Lázaro Galdiano se creó gracias al legado que José Lázaro, editor, bibliófilo y mecenas, donó al Estado y que cuenta con una valiosa colección de más de 13.000 obras, entre las que se encuentran cuadros de Velázquez, El Greco, El Bosco y Goya. En la antigua residencia del coleccionista, un palacete neo-renacentista de 1909, se concentran un museo, una biblioteca y un archivo.

A día de hoy este lugar ha sabido mantener la esencia inicial con la que fue concebido junto con propuestas novedosas que le confieren un gran atractivo para el visitante. Encontramos desde joyas y libros antiguos hasta pintura gótica, escultura renacentista o pintura barroca, así como las últimas tendencias artísticas.

En el año 2008, una idea de gran originalidad que ha aportado un toque innovador a la fachada del edificio es encargada al artista Miguel Ángel Blanco (Madrid, 1958). El haya centenaria que constituía la joya del jardín fue talada debido a una enfermedad. Para recordar este imponente árbol se incorporó una sombra luminosa con la forma del haya, que se proyectaba sobre el torreón, confiriéndole una ilusión fantasmagórica.

Asimismo, hasta el 20 de mayo, las cuatro plantas del palacete acogerán por primera vez la exposición temporal de un artista vivo, Bernardí Roig (Palma de Mallorca, 1965). ‘El coleccionista de obsesiones’, título de esta iniciativa, ha sido concebida por el comisario José Jiménez como “un diálogo abierto, desde el arte, con la figura de José Lázaro Galdiano y la pasión de coleccionar”.

De esta forma, el Museo acerca a los visitantes una nueva forma de entender el significado y las diferentes formas del coleccionismo. En la muestra se presentan un total de 17 obras que ponen de manifiesto los distintos registros de Roig: dibujos, un libro de luz, un molde escultórico, un tablero de imágenes y una película realizada para la ocasión. Sin olvidar las inquietantes esculturas que han sido colocadas frente a obras de la colección permanente de siglos pasados, constituyendo un contraste que no deja indiferente a quien las contempla.

Además, la visita de la exposición permite recorrer salas y espacios que no  forman parte de la ruta expositiva habitual del Museo, como son: la denominada ‘sala de armaduras’ (el antiguo vestíbulo de entrada del palacio), los jardines, o una de las terrazas exteriores.

 

 

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