Natalie Dormer: «No quiero encasillarme en papeles históricos»

A falta del idioma, Natalie Dormer podría ser española. Para empezar, adora La Latina, se decanta por el terror marca Balagueró y se mueve con desparpajo y una risa contagiosa a juego con el buen clima. Si le preguntan por rodar aquí, empieza a chapurrear el castellano y reitera en inglés: “Llama a mi agente, que me busque trabajo”. La Ana Bolena de Los Tudor estuvo en El Site en Madrid para presentar su nueva serie, The fades, recién galardonada con un premio Bafta y emitida en nuestro país gracias al canal SIFY Universal.

The fades es tu primera incursión en una serie de ciencia ficción. ¿Qué te atrajo de Sarah para asumir el reto?

Me cautiva cómo se divide entre llevar una vida normal y ser una persona sobrenatural y el conflicto que ello le genera.  Y cómo la serie trata sobre personas que tienen que tomar decisiones complicadas a lo largo de sus vidas. El planteamiento es: Ante el final del mundo, ¿qué opción tomas? ¿Ser egoísta o intentar hacer cosas para sobrellevar esa situación de la mejor manera posible? Me interesa la forma en aborda temas que parecen superficiales, pero que entran en algo de más calado.

¿Crees en el compromiso?
Como actriz o actor es complicado. Irónicamente nuestro oficio es pretender ser alguien que no somos y de alguna forma mantener los valores propios y personales respetando siempre al público. Lo que no quiero es que me encasillen en una actriz que sólo hace drama histórico o un género determinado y por eso me encantó esta serie. Suponía dar un salto y presentarme como una intérprete que toca otros palos. 

La serie llega a España después de recibir el calor de crítica y público.
Estoy muy orgullosa. El éxito se ha debido sobre todo al boca-oreja. Lo que más me llamó la atención fue el apoyo desde el mundo online. No sé si tiene que ver con el target, quinceañeros amantes de Internet, pero ha sido increíble cómo ha gustado en ese medio, cómo la BBC le ha dado tanto apoyo con las redes sociales.

El próximo verano comenzarás a rodar la tercera temporada de Juego de tronos, producción en la que interpretas a Margaery Tyrell. ¿Qué puedes adelantarnos?
Me gusta lo que está por llegar. En la siguiente temporada mi personaje tendrá que mantener un equilibrio para poder continuar hacia delante. Mi familia va a jugar un papel importante. A través de los matrimonios intentarán acceder al trono. Aunque parezca mentira, no soy amiga de las conspiraciones (ríe). En la vida real me gusta estar tranquila.

Confiesas ser amante del audiovisual europeo. ¿Alguna recomendación?
Acabo de ver una serie danesa que me ha encantado, Borgen (Gobierno), que gira en torno a una primera ministra del país. Lo que se está produciendo en los países nórdicos es de una gran calidad. La coproducción sueca-danesa The bridge también es muy recomendable.

Tu último papel en la gran pantalla fue en W. E, a las órdenes de Madonna. La película narra el romance entre la divorciada Wallis Simpson y el príncipe Eduardo VIII, quien abandonó el trono para estar con ella. Las críticas fueron muy duras.
La crítica constructiva me parece correcta, el argumentar en cuanto a lo técnico y las interpretaciones, pero no estoy de acuerdo con las críticas que han ido de modo muy directo y personal hacia Madonna.

En la película encarnas a Elizabeth, la esposa de Jorge VI y madre de Isabel II. ¿Cómo describirías la experiencia?
Fue un desafío, me tuve que preparar muy bien el personaje, que tenía una gran dificultad desde el punto de vista político. Madonna siente una gran admiración por Wallis Simpson, se identifica con cierta parte de su vida y tenía un punto de vista muy específico. Para mí el guión es mi Biblia. Mi interpretación se adhiere a ella, a la perspectiva de la Historia que tenga el guionista o el director, no a lo que yo perciba. Pero como es ficción, no documental, sólo es una cara de las dos que conforman una misma moneda. 

¿Qué opinión te despierta la monarquía?
Creo que el príncipe Guillermo y Kate van a rejuvenecer la Corona y a darle un aire fresco. Al ser dos jóvenes con los pies en la tierra van a contribuir a que la gente piense que la monarquía tiene su razón de ser. No soy una defensora a ultranza, pero entiendo su sentido. Observo que en todas las sociedades siempre tiene que haber una cabeza del Estado, sea rey o presidente.

 

 

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