Hace catorce años que no se estrenaba en el mundo un macromusical. Precisamente, Madrid ha sido la elegida junto con Londres para traer de nuevo a los escenarios esta fantasía musical a gran escala. El último jinete es sin duda uno de los proyectos teatrales más ambiciosos de los últimos años.
30 artistas sobre la tarima, un equipo creativo internacional de primer nivel con una puesta en escena impecable, dirigidos por Víctor Conde; la oscarizada Yvonne Blake como encargada de vestuario y Albert Hammond como responsable de las creaciones musicales dan forma al guión escrito por Ray Loriga, que narra la historia jamás contada de los pueblos del desierto.
En un viaje de Oriente a Occidente, Tirad (Miquel Fernández), un joven beduino, luchará por encontrar el caballo de sus sueños. La leyenda del desierto cuenta que existe un corcel para cada jinete y solo al formarse esa unión puede completarse el círculo del destino. Tirad, empeñado en perseguir su sueño se adentrará en mil y una aventuras, guiado por las elegías de Al Khansa (Marta Ribera), una poetisa inmortal. Así, recorrerá toda Arabia hasta llegar a El Cairo, donde se enamorará de Lady Laura (Julia Möller), una bella mujer inglesa que se apodera del caballo para trasladarlo a sus establos en Londres. De esta forma, el joven beduino emprenderá el viaje hacia un nuevo mundo hostil, en el que luchará por conseguir su ansiado corcel así como el amor de la dama inglesa.
Alrededor de Tirad, irrumpirán camellos danzantes y langostas parlanchinas, criminales ocultos bajo grandes ropajes, cinematógrafos, guerreros del pasado y ejércitos futuros. Todo un mundo mágico que se despliega sobre el escenario de los Teatros del Canal hasta el próximo 6 de enero.
En definitiva, un musical totalmente novedoso que, según sus creadores, tiene como objetivo establecer lazos y puentes entre las diferentes culturas a través del camino de los sueños, la importancia de tenerlos y no dejar que se destruyan. “Lo hicimos –confiesa Ray Loriga en la que es su primera experiencia teatral- porque no sabíamos que era imposible”.
