Hasta el 9 de noviembre la estación de Chamberí acoge la exposición “Un viaje por el tiempo” en la que se muestra la historia del suburbano de Madrid desde su inauguración hasta la actualidad.
La apertura del Metro de Madrid supuso un alivio para todos aquellos ciudadanos que tenían que coger hasta 3 autobuses para llegar a sus trabajos, hogares, etc. Se convirtió rápidamente en un instrumento imprescindible para la vida diaria.
El 17 de octubre de 1919 el Rey Alfonso XIII inauguraba el Ferrocarril Metropolitano, cariñosamente llamado Metro por los usuarios. Sin embargo, su construcción no fue fácil, hubo muchos problemas: desde la falta de confianza en el proyecto hasta problemas monetarios. Tras varias opciones, eligieron a los ingenieros Carlos Mendoza, Miguel Otamendi y Antonio González Echarte para diseñar el proyecto del ferrocarril.
Finalmente, se construyó la primera línea que iba desde Sol a Cuatro Caminos y que tardaba unos 10 minutos en recorrer las estaciones. A partir de ese momento, sigue evolucionando hasta el Metro que conocemos actualmente.
En esta exposición se rememoran los momentos más importantes del suburbano como la aparición de los ascensores, el diseño del logotipo y su evolución en el tiempo, la publicidad, etc. Se pueden ver fotografías que muestran la evolución de la arquitectura de las estaciones y el perfil de los viajeros, además de objetos memorables como silbatos, cronómetros y taladros de billetes.
También se hace hincapié en el uso que tenía durante la Guerra Civil Española. El metro seguía funcionado con regularidad durante el día, pero por la noche se convertía en el refugio de los ciudadanos ante el miedo a un posible bombardeo. Algunas líneas se utilizaban de arsenal como por ejemplo la línea entre Goya-Diego de León. Es importante mencionar que después de la Guerra muchos empleados fueron despedidos y algunas estaciones cambiaron de nombre bajo la influencia del régimen falangista.
Recorridos con historia que desgrana la exposición sobre la vida de este gigante entramado de líneas, que cada vez se hace más imprescindible en la vida de los madrileños.
