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Los últimos ecos del Johnny

Johnny
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El cante amargo de Camarón, la música reivindicativa de Javier Krahe, la sonoridad lírica de Morente o el blues nostálgico de B.B. King siguen impregnando las paredes del antiguo Colegio Mayor San Juan Evangelista o mejor, del Johnny.

Unas paredes que hoy se encuentran en un estado debilitado por el tiempo y por todos los azotes que el edificio ha sufrido en los últimos años. Sus muros están casi destrozados, pero todavía persiste ese espíritu musical, esa magia pasada sigue iluminando la historia del Johnny. Las firmas de los grandes de la música todavía pueblan parte de su escenario.

El Johnny, así era como todos (estudiantes, residentes, universitarios) lo conocían. Hoy, el espíritu del San Juan Evangelista vuelve a vibrar con fuerza gracias al documental Club de Reyes de Andrea Barrionuevo, que está presentándose en varias salas y que se estreno, recientemente, en el Festival de Málaga.

A través de este recorrido visual de, aproximadamente, una hora de duración, podemos adentrarnos en el icono cultural que supuso, sobre todo en el ámbito musical, el colegio en el que Camarón actuó por última vez. Apenas hay grabaciones de todas las actuaciones que el colegio mayor acogió durante toda su trayectoria, pero como indica Juan Cuesta, portavoz de la actual Fundación, “nos quedan los sonidos, que perviven en las paredes de su auditorio”.

Documental sobre el Johnny
Documental sobre el Johnny

Club de Reyes nos cuenta la historia de este centro de la música y residencia universitaria, donde jóvenes de varias generaciones vivieron, época tras época, la magia y el encanto de su club musical.
A través de artistas que lo frecuentaban, de la talla de Caballero Bonald, Luis Eduardo Aute, Juan Claudio Cifuentes, Julián Hernández (Siniestro Total), Tomatito y otros muchos, Club de reyes teje la telaraña vital del colegio mayor que, hoy día, es ya un hito de la música y del despertar cultural que España vivió cuando el Franquismo daba sus últimos coletazos. Rock, blues o jazz y, sobre todo, flamenco, mucho flamenco.

La estrella del documental es, sin lugar a dudas, Alejandro Reyes. El coordinador del club de música, desde los años sesenta hasta que el colegio cerró, revive ante la cámara los mejores momentos del Johnny. Fue él quien trajo el flamenco a Madrid, quien acercó este arte a los universitarios y quien lo sacó de los laberintos clandestinos en los que estaba aletargado. El niño Josele, Tomatito, Paco de Lucía y muchos más, todos los grandes actuaron allí.

El jazz también tuvo su época de esplendor en Madrid gracias al colegio. Artistas de blues de la talla de Menphis Slim, Junnior Wells o B.B King se pasaron por el Johnny y llenaron el auditorio.

El Colegio Mayor San Juan Evangelista se fundó en el año 1966. Por aquellos años, el Madrid gris de “rancio abolengo”, con la censura a la orden del día, pudo despertar de su letargo. El Johnny se convirtió en centro de tertulias y de cultura innovadora gracias a su club de música, de cine y a sus intercambios culturales. Allí, artistas y estudiantes se reunían y disfrutaban de los grandes e inolvidables conciertos que, muchas veces, acababan antes de tiempo por la visita inesperada de los siempre molestos ‘grises’ Por entonces, y como recuerda el periodista José Manuel Gómez, “se salía de marcha por los coles mayores”, siendo estos un epicentro cultural del momento.

Desde sus inicios, el Johnny fue el corazón cultural de la Ciudad Universitaria hasta que, desgraciadamente cerró sus puertas y su música perdió su voz. En el año 2014 se murió. Unicaja fue la responsable, dejó la financiación del colegio y mató al mito, dejando huérfanos a miles de estudiantes. Tras una ocupación y un abandono total por parte de las Instituciones y del Gobierno, la Fundación del Colegio Mayor trata de hacer justicia y busca su nueva apertura, así como exige que se reconozca el edificio como el emblema musical que ha sido y será.

Club de Reyes suena a nostalgia y a lucha acompañada por canciones míticas como Canto a la libertad, de Labordeta. El film llega a su momento álgido cuando se ve a Alejandro Reyes recogiendo sus discos en su despacho, haciendo maletas ante el cierre inminente de su centro artístico, de su colegio, de su casa.

Entre edificios de piedra, rodeado de los árboles que se disponen por toda la ciudad universitaria, el Johnny sigue brillando pese a sus paredes rotas. Nos han cerrado el Johnny, pero nunca borrarán nuestros recuerdos. Como ha afirmado la directora de Club de Reyes: «Por el Johnny, lo que sea».

Alba Vila Nogueira

Los lugares son fundamentales para mí. Descubrirlos, conocerlos y mimetizarme con ellos son las razones que me llevan a viajar y que me inspiran a la hora de escribir.

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