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Laura Mema: «Cada uno de nosotros somos una versión distinta del universo»

Laura Mema
Laura Mema junto a uno de los cuadros de su última exposición
Laura Mema
Laura Mema junto a uno de los cuadros de su última exposición

Laura Mema nos recibe en La Fresh Gallery donde actualmente y hasta el 22 de noviembre expone ABRAHADABRA, su último proyecto, con el que quiere recordarnos quiénes somos y de qué formamos parte, ya que según afirma: «Cada uno de nosotros somos una versión distinta del universo. Somos réplicas del macrocosmos.» Después de una visita guiada por la exposición, hablamos más con Laura y conocemos más sobre ella, su obra y su evolución como artista.

Laura Mema nació en 1978 en Santiago del Estero (Argentina) y se licenció en Pintura en la Facultad de Bellas Artes de Córdoba, en su país.

La artista ha realizado exposiciones individuales: Abrahadabra, La Fresh Gallery, Madrid (actualmente); How lovely is the silence of growing things en Paris, Start me OP e Instalación en Madrid, Pinturas en Villanueva de la Serena, HOLOMORPHYCK e IluminARTY en Buenos Aires, Lucid Dreams en Oviedo y Ámsterdam, y Paraísos Artificiales en Córdoba.

También ha expuesto sus obras en diversas exposiciones colectivas como PAMPA DEL INDIO Arte con los QOM y Full Coloren Buenos Aires, Festival REC y D-Fest en Madrid y THE MOSAIC PROJECT, Bergen, Holanda y Montreal, Canadá, entre otras.

– Aunque licenciada en Pintura, va más allá del óleo y el pincel… Utiliza papel, tul, luces…
– Me gusta jugar y es en la diversidad de materiales donde encuentro la diversión. Me gusta experimentar mucho y con la pintura me siento un poco limitada. Cada vez me expando más en cuanto a la riqueza técnica y eso hace también que el proceso de mi obra crezca.

– ¿Qué busca con su obra en general?
– No sé si se puede llamar una búsqueda. Trato de hacerlo muy fluido, como una canalización. Veo el arte como un acceso a una nueva cultura, como un mejor entendimiento del ser. Me gusta incorporar textos que leo y me interesan, y compartirlos elaborándolos dentro de mi perspectiva y expandir conciencia en unión y comunión con la naturaleza y el cosmos.

– Y ¿cómo definiría su estilo?
– En su momento le había dado un nombre pero ahora no me interesa porque sería encasillar mi obra y no me gusta. Prefiero sentirme un poco más libre, ir de aquí para allá para hacer algo nuevo.

– ¿Tiene algún referente a la hora de pintar?
– Me gustan muchos artistas pero no te podría decir uno preferido en este momento, ya que me encanta el arte en todas sus formas. Esa es la riqueza, si hiciéramos todos lo mismo sería muy aburrido.

– ¿Cómo ha evolucionado tu obra desde tu primera exposición individual Paraísos Artificiales hasta Abrahadabra?
– Esa muestra fue parte de mi tesis de la universidad. Allí empecé a trabajar con la luz negra y ha evolucionado mucho. Antes mis pinturas tenían un formato muchísimo más grande y ahora las he reducido, por necesidad y también porque creo que he ido puliendo mi técnica y eso me permite expresarme de otra manera. Antes necesitaba soltarme más con el formato, ahora puedo variar y eso me encanta. A través de los años siento más fluido todo.

– Dice que ya desde la Universidad trabaja con la luz negra, ¿cómo ha ido evolucionando en ese sentido?
-Cuando empecé a trabajar con los cuadros que tienen marcos de luz hacía los marcos de aluminio y estaban con tubos de luz negra, entonces el efecto de la luz negra era mucho más transformador. Ahora para mí ya funciona como un material, ya ni siquiera se nota que está. Me levanta solamente lo que yo necesito, que son las capas superfluas de los tules. Antes trabajaba más con colores flúor y ahora ya no, hago una mezcla de colores pasteles y color flúor. Para las obras de antes necesitaba una sala más en penumbras, pero con estas obras ahora busco el contraste de luces y sombras que existe en las cartas.

– Vemos como ha sido su evolución pero, ¿cómo fue su primer contacto con la pintura?
– Cuando tenía tres años tenía una mesita en mi casa que me había regalado mi abuelo y esa era mi mesa de dibujo y cuando se me acababa el papel continuaba en la pared. Después, mi primer contacto con el mundo del arte en sí fue un concurso de dibujo y pintura al que me llevó mi madre en la ciudad en la que nací, en Santiago del Estero, en el que gané el primer premio. A partir de entonces fui a talleres con algún maestro de allí y luego fui autodidacta hasta que empecé la universidad.

– ¿Cuándo considera que ha acabado una de sus obras?
– Cuando lo siento, ya que siempre trato de fluir y de sentir la energía. Cada obra tiene mucho trabajo gestual para hacer los símbolos, las superposiciones… No me gusta forzar las obras porque si no después me parece que quedan muy duras.

– ¿Tiene algún nuevo proyecto en mente o de momento está disfrutando de su exposición actual?
– Ahora estoy disfrutando de esta exposición, y luego tengo un proyecto en la galería ARTPLATEFORM en París, que es donde hice la exposición previa a esta, How lovely is the silence of growing things. Estoy elaborando nuevas ideas y después de diciembre me pondré a trabajar en ello, ya que seguramente sea para el año que viene.

– Y usted que está entre Argentina y Madrid, ahora que está aquí viviendo, ¿cómo ve el panorama del arte en España?
– En cada lugar es muy relativo, de acuerdo a donde te quieras mover y a lo que quieras conseguir. El arte aquí en España lo veo muy bien. Hay muestras muy interesantes, artistas fantásticos por todas partes, y el círculo de galerías de arte también está muy bien. En cuanto a las ayudas de cultura, están reduciendo, como todo, pero para hacer arte, si uno quiere, todo es válido y se pueden encontrar recursos. Hay que seguir adelante.

Paula Álvarez

Gallega de nacimiento y ciudadana del mundo por empeño. Licenciada en Filología inglesa, amante de la cultura en general y de la música, las artes escénicas y la literatura en particular. Viajar a través de la gastronomía como estilo de vida.

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