El ladrillo rojizo es un elemento fundamental en la arquitectura madrileña.
Este estilo Neomudéjar forma parte de la arquitectura popular de Madrid, muy desarrollada en viviendas de los suburbios, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Este estilo arquitectónico, centrado en el ladrillo visto, también se empleó en edificios religiosos y oficiales, como en el Colegio Santa Susana y Parroquia de San Patricio, en la zona de Las Ventas, o el Instituto Valencia de Don Juan, en la calle Fortuny. Este último edificio fue construido entre 1889 y 1893. Hoy en día es uno de los museos españoles más importantes dedicado a las artes suntuarias.