La Nouvelle Vague se queda sin otro de sus maestros, Alain Resnais

Alain Resnais en el Festival de Cannes de 2012
Alain Resnais en el Festival de Cannes de 2012
Alain Resnais en el Festival de Cannes de 2012
El director de cine francés Alain Resnais en el Festival de Cannes de 2012

La «Nouvelle Vague» (la nueva ola francesa) se queda huérfana de otro de sus grandes. Alain Resnais falleció el sábado en París a los 91 años. Su elevada edad no le impedía seguir dedicándose al cine: estaba preparando una nueva película y había sido galardonado en la última edición el Festival de Cine de Berlín por su último largometraje, Amar, beber y cantar (Aimer, boire et chanter, 2014), con el Premio Alfred Bauer y el Premio de la Crítica Internacional FIPRESCI.

Fundamental en la historia del cine internacional, Resnais ha dejado grandes obras maestras para los amantes del séptimo arte, Noche y niebla (1955), Hiroshima mon amour (1959) o El año pasado en Marienbad (1961). Un cine experimental, surgido a partir de la revista Cahiers du cinéma, fundada por André Bazin en 1951, basado en conceptos como la «cámera-stylo» de Alexandre Astruc, que postulaba que «si el escritor escribe con una pluma o un bolígrafo, el director escribe con la cámara» y el realismo de Bazin.

Resnais revolucionó el séptimo arte con su primer largometraje, Hiroshima mon amour, una cinta con nuevos ritmos narrativos y la ruptura de la cronología de la historia, que la convierte en la primera película que emplea la narración no lineal. Basado en un guión de Marguerite Duras, el director aborda el amor a través de una fugaz relación entre una actriz francesa y un japonés. La película fue considerada una obra maestra, pero su reflexión sobre el lanzamiento de la primera bomba atómica sobre Hiroshima molestó a Estados Unidos y fue retirada en el último momento de la competición oficial del Festival de Cannes.

Ésta no fue la única vez que Resnais generó recelos entre los gobernantes. En 1966, la dictadura franquista solicitó la retirada de Cannes de La guerra ha terminado (La guerre est finie), una cinta protagonizada por un comunista que viaja a España repetidamente para organizar las actividades de la resistencia contra Franco. El guión de la cinta había sido escrito por Jorge Semprún, excomunista, antifranquista y figura de la resistencia a la ocupación nazi.

El francés, nacido en Vannes, en la Bretaña francesa, en 1922, compró su primera cámara con apenas 13 años. Comenzó grabando retratos de artistas o pequeñas piezas documentales. En 1943 entró en el IHEC, la escuela de cine, en el apartado de montaje, donde realizó una serie de cortos como Van Gogh (1948), premiado con un Oscar, Guernica (1950), Les statues meurent aussi (1953) y Le Chant du styrène (1958). La culmen de estas experimentaciones fue Noche y niebla (Nuit et Brouillard), un documental sobre los campos de concentración nazis de la II Guerra Mundial. Resnais se introdujo en Auschwitz más de una década después de su descubrimiento y rodó planos que alternó con imágenes de archivo de la masacre.

Dos años después del éxito de Hiroshima mon amour, Resnais estrenó El año pasado en Marienbad (L’annèe dernière à Marienbad), cuyo guión fue escrito por Alain Robbe-Grillet, el padre del Nouveau Roman (la nueva novela francesa), por la que recibió el León de Oro de la Mostra de Venecia. Un hombre «X» intenta convencer a una mujer casada, «A», de que deje a su marido, «M», y se marche con él, basándose en la promesa que le hizo el año anterior en Marienbad, que la mujer no recuerda.

El francés, compañero en la Nouvelle Vague de François Truffaut o Jean-Luc Godard, fue uno de los protagonistas de los Premios César durante toda su trayectoria: obtuvo siete premios, incluyendo mejor director y mejor película con Providence (1977), dos con Mélo (1986), cinco con Smoking/No Smoking (1993), siete, entre ellos el de mejor película, con On connaît la chanson (1997) y tres por En la boca no (Pas sur la bouche, 2003). El director también fue laureado durante su carrera con tres galardones en la Mostra de Venecia, un BAFTA y un premio especial del Jurado de Cannes por Las malas hierbas (Les herbes folles, 2009), entre otros reconocimientos.

Resnais dijo una vez que «hacer películas es mucho mejor que verlas». A partir de ahora tendremos que conformarnos con el legado de casi 30 cintas que nos ha dejado de experimentación y ruptura de las normas narrativas establecidas.

María Matos Elices

Periodista y comunicadora audiovisual. Especializándome en la cultura. Amante de la literatura, el cine, el arte.

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