Smile es el nuevo libro de Rubén Turienzo, más que un libro de autoayuda para aquellos valientes dispuestos a soñar. Ejercicios prácticos incluidos.
La profesión de Coach ejecutivo está muy de moda, pero Rubén Turienzo ya lleva mucho en esto de aconsejar e insuflar ideas positivas a empresas y todo tipo de individuos. Después de siete libros, en los que habla de aspectos como el trabajo en equipo o el cine como fuente de aprendizaje y desarrollo de habilidades, ahora vuelve con Smile, o Sm;)e, una ola de positivismo y fuerza que comienza en el propio título y en su original forma de escribirlo.
Smile (Alienta Editorial, 14,95€) nos habla de ser positivos, valientes y arriesgados para tomar decisiones y sobre cómo llevarlas a cabo. «Para quien ha tomado la decisión de cambiar de actitud y ahora quiere conseguir ver la vida en positivo» anuncia el libro. Además, no se queda en meras palabras, Turienzo lo ha cargado de ejercicios y técnicas para allanar el camino. También da pautas para salir bien parados y con una actitud optimista en las diferentes situaciones de nuestra vida cotidiana.
Según el coach «la gente está todo el día quejándose porque todo está muy mal pero las oportunidades están ahí y por falta de ganas o porque no nos damos cuenta, las dejamos pasar», así que habrá que hacerle caso y aprovechar todas las buenas ocasiones que te da la vida.
Además, la presentación del libro, ha hecho un gran honor a la filosofía de libro. Los asistentes al evento en el Orange Café de Madrid pudieron hacerse fotos, siempre sonriendo, con un sinfín de complementos de lo más fiesteros (gorros de paja, grandes gafas azules, maracas…). Esto abrió boca al buen humor, que continuaría con el monólogo del valenciano Manu Gorriz.
Tras unas palabras muy optimistas y energéticas, Turienzo regaló Sm;)le a algunas personas junto a un kit de la risa que contenía gominolas, un comecocos y un plástico con burbujas. Mientras el autor firmaba ejemplares el grupo pin up The Ladies, elegido por él mismo debido al buen rollo de las chicas, demostró que se puede tocar rock cañero enfundadas en estrechas faldas de tubo.
