La boda del año

Aunque suene a tópico. ¿Quién de nosotras, las féminas, no ha soñado alguna vez cómo sería el día de su boda? En una conversación entre amigas, a las puertas de una Iglesia donde está aparcado un Rolls Royce Silver Shadow Blanco; en labor samaritana –pobrecito, George Clooney regenta hace demasiado tiempo el título de “soltero de oro”-; el día de la Primera Comunión con anhelo de un velo o constreñidas momentáneamente por  las cuentas -del reloj biológico- que nos echa nuestra tía abuela y medio pueblo materno nada más cruzar el umbral de los veintipocos.  

Dejando atrás este último caso (sí, ¡gracias!), las nupcias se imaginan con pequeñas cápsulas dignas de un story line de Disney y como mínimo, como un guión de Hollywood. En toda gran historia no debe olvidarse el factor “tensión” para que el final sea más dulce. Que se lo digan a Jennifer López haciendo planes «ajenos» de boda hasta protagonizar el suyo, al “más vale tarde que nunca” de Norma Aleandro en El hijo de la novia o a Kate Hudson y Anne Hathaway, metidas en harina, por no decir barro, por tener el monopolio de la fecha del casorio.

Sin embargo, gozar de una boda perfecta no se logra sólo a partir de un deseo, sino de una estudiada labor de ingeniería. “Ni las obras de El Escorial” debió pensar Steve Martin cuando comprendió lo que se le venía encima como padre de la novia. Nadie entendió tampoco que Julia Roberts no sufría una fobia natural a los altares en Novia a la fuga, que era cuestión de stress y agotamiento. Si sólo para pedir día en la ermita tuvo que pillar cita previa con el párroco y la tarde que llamó comunicaba su secretaria.

Qué fácil le hubiera sido con una página como LBDA.es que no pretende la boda perfecta, sino la boda tal cual una la desea. La organización del bodorrio se vuelve mucho más fácil y efectivo cuando tienes un gran aliado. La web La boda del año no se presenta como la típica guía al estilo de páginas amarillas, sino como un conjunto de posibilidades a través de categorías de todo tipo y de fácil acceso. Desde listas de iglesias donde dar el “sí quiero” hasta la gama de estilo de los reportajes fotográficos o los tipos de ramos de novia.

Lo más divertido es que los novios pueden crear fácilmente una página web dedicada a su enlace y los familiares y amigos organizar una despedida de soltero que si no es la fiesta del siglo, le tiene un aire. Todo para que el gran día sea una jornada de ensueño –sólo moviendo un dedo-.

 

 

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