Grandes éxitos y fracasos de 2011: De Green Lantern a The Artist

Una vez terminado 2011 toca hacer balance de lo bueno y malo que nos ha dejado este año la industria cinematográfica. Nuevas versiones, historias conmovedoras, superhéroes, secuelas  y auténticos coñazos que nos han hecho pasarlo como niños o arrepentirnos de haber gastado nuestro tiempo (y dinero) en ellas. 2011 ha sido el año de los remakes y  las secuelas. Desde la última entrega del mago Harry Potter, hasta adaptaciones de cómics y superhéroes (X-Men: Primera Generación, Capitán América, Tintín…), pasando por la cuarta Misión Imposible de Tom Cruise. Así hasta un total de 28 cintas producidas por las grandes majors de Hollywood.

 

¿Éxito asegurado o falta de ideas nuevas? Sea como sea, para el año que viene nos tienen preparado más de lo mismo, la última parte de la saga Crepúsculo, el Hobbit (precuela de El Señor de los Anillos), la versión norteamericana de la saga Millenium y la unión de los grandes superhéroes de Marvel en Los Vengadores.

El caso es que han sido un gran éxito y han reventado la taquilla. Todo lo contrario que Green Lantern, Conan el Bárbaro o la española El Capitán Trueno y el Santo Grial. Ya sea por la poca originalidad en los guiones, por caer en tópicos o por la falta de presupuesto, todas ellas han sido un fiasco. No se quedan atrás secuelas como Resacón 2 ¡Ahora, el Tailandia!, que es exactamente igual que la primera, o Cars 2, primer “pinchazo” de Pixar. La película entretiene, sí, pero eso es todo. Echamos en falta las historias emotivas y divertidas a las que nos tienen acostumbrados. Eso por no mencionar auténticos bodrios como El Castor o Sin Salida.

Pero no todo han sido secuelas y remakes, este 2011 también nos ha dejado grandes historias cinematográficas emotivas y originales. Si hay una película que ha sido nombrado por los críticos este año, para bien o para mal, esa ha sido El Árbol de la Vida, una desconcertante historia sobre el origen de la vida y las relaciones humanas en tono filosófico dirigida por el panteísta Terrence Malick. A ella se une Midnight in Paris, lo último de Woody Allen, en la que el director norteamericano rinde homenaje a sus héroes de los años 20 (Dalí, Buñuel, Hemingway…) y nos recuerda que cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero, sin duda, la sorpresa de este año ha sido la recién estrenada The Artist, una película en blanco y negro que no ha necesitado más que la gran interpretación de sus protagonistas, Jean Dujardin y Bérénice Bejo, para triunfar en todo el mundo. Sin olvidar el éxito de ciencia ficción del año, Super 8, homenaje al cine ochentero de su productor Steven SpielbergUn Dios Salvaje, Attack The Block y Beginners son otros títulos que no puedes perderte.

Esperemos que 2012 llegue cargado de nuevas ideas, que no todo sea Hollywood, que triunfen películas independientes, que el cine español se renueve (y que no tengamos que dar las gracias al Torrente de Santiago Segura por salvar la taquilla española). Soñar es gratis.

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